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Colonia Dignidad: Responsabilidad y deudas pendientes

La diplomacia alemana debería haber aconsejado y ayudado a sus ciudadanos. Debió haber ejercido presión diplomática sobre la cúpula de la colonia y adoptado medidas jurídicas.


El discurso del entonces ministro de Relaciones Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier -hoy presidente del país-, el 26 de abril de 2016, marcaron un hito.

“Por primera vez, el gobierno asumió la responsabilidad de la diplomacia alemana en relación con los crímenes de Colonia Dignidad, aunque solamente la calificara como responsabilidad moral”, dice a DW Jan Stehle, del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica, en Berlín.

El ministro reconoció que los diplomáticos perdieron la brújula interna y prefirieron mirar hacia otro lado, en su afán de mantener buenas relaciones con Chile, antes que proteger a las víctimas de la secta que Paul Schäfer fundó en 1961 en el sur de ese país.

Durante décadas ocurrieron allí una serie de crímenes y violaciones a los derechos humanos, como abuso sexual de menores, tortura, medicación forzada, trabajo esclavo, tráfico de armas y desaparición de detenidos políticos en la dictadura.

Tras el discurso, Alemania abrió anticipadamente parte de los archivos del caso. Más tarde, el Bundestag emitió una resolución unánime para impulsar la búsqueda de verdad, justicia y reparación para las víctimas y se creó una comisión mixta Chile-Alemania para avanzar en estos temas.

Han pasado cinco años, y diversos actores cercanos al caso,  valoran el histórico discurso, pero también advierten sobre la necesidad de más avances concretos.

La excolona Doris Gert (izqda.) y la experta alemana Elke Gryglewski en un encuentro de víctimas en la actual Villa Baviera, como parte de los talleres para elaborar un concepto de sitio de memoria. (2018).


Después de décadas de negación por parte de instituciones gubernamentales, tuvo una gran importancia para los diferentes grupos de víctimas. Significó un reconocimiento en el sentido de aceptar y apreciar sus sufrimientos, destaca Elke Gryglewski, del grupo de expertos que elaboró el concepto de memorial para la ex Colonia Dignidad y directora de la Fundación de Sitios de Memoria de Baja Sajonia.

El reconocimiento llegó tras décadas de lucha de las víctimas por visibilizar el caso y buscar justicia en Chile y Alemania, “seis años después de que Paul Schäfer muriera en prisión en Chile”, observa, por su parte, la investigadora de la Universidad Libre de Berlín Meike Dreckmann-Nielen, quien estudia este tema y es autora de Colonia Dignidad-Public History Forschungsblog. “Sé por algunos de los afectados que significó mucho, al menos en el plano simbólico”.

Por otra parte, fue un mensaje hacia los funcionarios de Relaciones Exteriores, señala Gryglewski, en el sentido de que se espera que contribuyan a la elaboración de ese capítulo de la historia. También impulsó la misión de estudiar y aprender de este caso para no repetir los errores.

En opinión de Stehle, la investigación científica en base a fuentes históricas indica que “la diplomacia y la Justicia alemanas durante décadas supieron o tenían claros indicios de los crímenes y aún así no tomaron medidas adecuadas para impedir que se siguieran cometiendo. La corresponsabilidad alemana trasciende lo moral; es fáctica”.

El discurso fue un primer paso importante, que valoramos, pero tiene que traducirse en una colaboración efectiva de ambos Estados. No escatimar recursos humanos ni económicos para establecer lo ocurrido con los detenidos desaparecidos y colaborar en el acceso a la justicia y en la persecución de jerarcas que huyeron de Chile y manejan información valiosa”.

Gryglewski observa avances, como el fondo de ayuda para las víctimas y la realización de seminarios y talleres en que diferentes grupos de afectados “pudieron discutir qué esperan de un sitio de memoria en la actual Villa Baviera para recordar y trabajar el pasado violento de la Colonia Dignidad. Todo eso son éxitos reales”.

La excolona Doris Gert es una de las beneficiadas por el fondo de ayuda del gobierno alemán, que entrega hasta diez mil euros. “La ayuda ha llegado, pero sólo a unos pocos. Y tampoco nos alcanza. A nosotros se nos acabó enseguida por una operación en el hospital”, relata. Como ella, los colonos trabajaron por décadas como esclavos, sin recibir sueldo ni renta, con castigos y medicación forzada. “De Alemania llego algo de ayuda, pero de Chile, nada”, lamenta.

En materia de verdad y memoria, el grupo de expertos presentó en 2019 un concepto de memorial y centro de documentación en terrenos de la excolonia, pero falta llevarlo a cabo.

El diputado Friedrich Straetmanns, del partido La Izquierda y miembro de la comisión conjunta del gobierno y el Bundestag por Colonia Dignidad, espera que el gobierno alemán ejerza mayor presión ante Chile, donde ministros del actual gobierno, partidarios de la dictadura, fueron cercanos a la secta: “Una señal correcta para las víctimas sería que la primera piedra del memorial se pusiera este otoño”, señala en un comunicado.

También falta avanzar en el esclarecimiento y castigo de los crímenes. “Los familiares de las víctimas de tortura política, los sobrevivientes y también los niños que fueron víctimas de violencia sexual por Paul Schäfer siguen sufriendo mucho por la continua impunidad de los responsables.

El caso más conocido es probablemente el del médico Hartmut Hopp, quien eludió su detención en Chile hace unos años”, afirma Dreckmann-Nielen.

Hartmut Hopp era el médico de Colonia Dignidad


En Alemania la Justicia ha fracasado completamente, por eso muchos victimarios o presuntos victimarios se han sustraído de la Justicia chilena, y hoy gozan de impunidad en este país.

Los avances son escasos, y los años van pasando. Muchos familiares de detenidos desaparecidos son de avanzada edad o han fallecido sin conocer el destino de sus seres queridos y sin contar con un lugar de memoria para recordarlos, observa Stehle.


Muchos niños fueron víctima de abusos en la ex Colonia Dignidad liderada por el alemán Paul Schäfer, en Chile.


Una trascendental tarea de la comisión mixta chileno-alemana, cuyo resultado se mantiene en secreto, es el esclarecimiento del patrimonio de Villa Baviera, que hoy funciona como restorán y centro turístico.

“Es un patrimonio heredado de una organización criminal, que beneficia a la actual administración, en perjuicio de las numerosas víctimas”, alerta Stehle. “Ellos cuentan con abogados que pagan con dinero de nuestros bienes y a nosotros no nos llega nada”, reclama Doris Gert.


Fuente: Victoria Dannemann | DW


 

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