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El Gueto de la Felicidad

Pascual y Jacinta, comuneros de Huarochirí, provincia de Lima, fueron preguntados por el periodista local, Kevin Villa, ¿Están vacunados?: “No, pero dicen, con chinita Keiko todos estarán” (?) ¿Y con Castillo? -preguntó por reacción- “Uhh, hasta carnerito nos quitaría…”. Villa, indagó, visitantes en camioneta les habían predicado defender el bienestar y la paz, también ver Willax o América TV para “Conocer la verdad”. Les dejaron un diario, Expreso.

Por: Gary Ayala | Director de El Minuto, Perú


Entre las taras históricas del Perú, el analfabetismo junto a la postración educativa fueron herramientas activas para garantizar el predominio de particulares castas. Actualmente, dichos males han sido reducidos ostensiblemente, pero la “instrucción mediática” accionada por otro monopolio de gran poder utiliza nuevas taras.

No solo el episodio tomado en un territorio rural puede revelar la influencia de los medios. Los mensajes fluyen a todos los sectores sociales lo cual puede producir en todo perceptor pasivo su auto definición como “persona culta”, con superior solvencia intelectual frente a personas de zonas populosas solo por la cuantía de información recibida. La comodidad de la desinformación, también contribuye a la construcción de una pseudo realidad.

Además, la legión de troles que difunden videos, banners, “testimonios,” y muchos psicosociales -en modo más divertido- suman las posibilidades para provocar la perjudicial disonancia cognoscitiva donde la persona aplica una explicación racional y defensa de situaciones que no investigó, no creó y no comprende totalmente aunque en el fondo le pueda ser perjudicial.

En la presente coyuntura electoral, los temas sobre comunismo y corrupción han copado todos los espacios donde cabe un mensaje, la dualidad favor-contra es el eje de la información y el medio claramente es el mensaje.

La mentira ha obtenido licencia narrativa en el lenguaje periodístico, el titular ha cambiado su función por el de arenga, el cuerpo noticioso es el alegato de propaganda y el género entrevista ha virado a complot.

Desinformación, Confusión o Piedra Artera

El candidato, Pedro Castillo Terrones, blanco de los proyectiles de quienes cuestionan la variación del modelo socioeconómico, hizo debut electoral en un partido de derecha: Perú Posible. Su trayecto en el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (donde se infiltró Sendero Luminoso) y en la política, no registra acciones ilegales ni autoría de escuela ideológica. Ahora, asume un afortunado oportunismo en partido ajeno.

Pero en la segunda vuelta, lapso en el que se ha retirado del contexto a la práctica de la ética, la objetividad y la veracidad, se ha creado un falso perfil del cajamarquino con adjudicaciones que manifiestan desinformación, confusión o piedra artera.

Necesario es puntualizar: El comunismo es una etapa posterior al socialismo, en el Perú no existe aquella etapa previa. Así También, el proceso para llegar a tal régimen demanda lucha armada, Castillo, participa de un sistema democrático. Luego, el totalitarismo concibe la dictadura de partido único, Castillo compitió con 17 y ahora prosigue frente a otro. Además, el rondero cree en Dios (ocultado por los medios) y el comunismo considera a ello un opio.

Cabe recordar que, para el comunismo, el control de toda la economía es fundamental por lo que el Estado toma lo que denominan las fuerzas de producción, Castillo, habla de corrección de las condiciones -desiguales y desfavorables para el Perú- existentes en los sectores estratégicos.

Pretende lo mismo que ocurre en países liberales de occidente y Asia. Dadas las condiciones del país, en caso ganara las elecciones, su gestión estaría obligada a constituir un gobierno de consenso vigilado.

Historia Conocida

De otro lado, recibir acusaciones de corrupción no es nuevo para Keiko Fujimori Higushi. Vale afirmar que es la persona con mayor experiencia y capacidad entrenada en Perú -tal vez, en América Latina- para afrontar denuncias públicas, procesos judiciales con cárcel preventiva, mala reputación de su árbol genealógico, educación con dinero indebido, vínculos con el narcotráfico, hasta dudas sobre la manutención económica de su matrimonio.

Las diversas sesiones de media training, las elaboradas respuestas con mensaje clave recibidas, la asesoría permanente con estrategias a partir de la psicología social, el cierre de filas de los poderes socioeconómicos propietarios de los medios de comunicación y la singular disposición de dinero solventador para toda necesidad, brindan a la candidata de Fuerza Popular una desigual situación frente a su oponente.

Analistas, ya han explicado cómo Fujimori cuenta con un gobierno en la sombra. Recibe apoyo desde los poderes Legislativo y Judicial, Tribunal Constitucional, Banco Central de Reserva, lados conservadores de las Fuerzas Armadas, Iglesia Católica e iglesias evangélicas, Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas, organizaciones políticas acusadas de corrupción y de lazos con el narcotráfico, entre otras.

Ironías

El mote de terrorista ha sido adjudicado tantas veces a Castillo que Goebbels ratifica su inmortalidad. El recuento periodístico de hechos provocados por ese mal social décadas atrás, las “entrevistas” a personajes que lo recuerdan, el acuñamiento del término en todo discurso keikista, los memes y las miles de banderolas y numerosos avisos LED colocados a lo largo del Perú han sido accionados con un objetivo: Convertir en terrorista a Castillo. Pero, la afloración de violencia expresada públicamente por un personaje, fue reveladora.

El pedido de muerte para Vladimir Cerrón y Castillo de parte del socio político de Fujimori, Rafael López Aliaga, ante los aplausos de decenas de fujimoristas, demostró que la potencial violencia sí está presente y muy clara en una de las antípodas. El abogado, Edison Tito Peralta tuvo que presentar la respectiva denuncia ante la Fiscalía Provincial Penal de Lima, por amenaza de muerte e incitación al odio.

Más que la acción legal, el pronunciamiento del Primado de la Iglesia Católica del Perú y Arzobispo de Lima, Carlos Castillo, marcó una contundente línea moral sobre el terrorismo: ¡Dios no es terror! le encaró a López Aliaga, quien en su campaña mencionó que se flagelaba con silicio para reprimir su deseo sexual. La respuesta de la autoridad eclesial fue invocar no hacer terrorismo a uno de los que acusan de terrorismo a Castillo.

Frente a los acontecimientos, la participación de los medios de comunicación y su vertiente periodística han caído una vez más en la abierta militancia informacional. De este modo, junto a la “extrema izquierda” y “extrema derecha” de la política nacional incursionó el extremo periodismo.

En la más absoluta degradación ética, hoy, se descontextualizan las noticias y se omiten vitales conceptos como diferenciar terrorismo, socialismo, comunismo, socialdemocracia, capitalismo de Estado, populismo y otras visiones más.

La inesperada declaración-confesión emitida el miércoles 12 de mayo por Álvaro Vargas Llosa quien con su padre Mario, no radican en Perú, desnudó a las agencias encuestadoras: “No crean en las encuestas, Keiko está 15 puntos por detrás, tienen que pelearla dejando la piel en la faena como dicen los toreros, hasta el 6 de junio”. Lapsus.

Un practicante novato de periodismo sabe que aquella declaración en Canal N (América TV) amerita una nueva e inmediata entrevista a Alvarito que Producción debió coordinar, que cabía entrevistar a los gerentes de las encuestadoras que dan empate a los candidatos, a independientes especialistas en sondeos públicos, a fiscales especializados en delitos sobre manipulación de la fe pública, entre otros. ¿Qué se hizo? Nada.

El día sábado 15 de mayo, Fuerza Popular, armó un supuesto debate en la puerta del penal de mujeres Santa Mónica (surgido en la ironía bromística) donde hubo inversión en estrados, equipo de sonido, maestro de ceremonias, personas uniformadas con prendas partidarias, vehículos de transporte, instrumentos de sonido, etc., para “demostrar” que Castillo no asiste a debates. La amplia cobertura periodística sobre algo que jamás fue oficial evidenció una triste complicidad mediática en un mitin disfrazado de debate.



Buscar la verdad es una decisión personal, no se puede obligar a nadie a conocerla, pero tampoco se puede impedir conocerla. Es innegable que desde los grandes medios se defiende a un sistema con males estructurales y que sostiene relaciones de vejación a la dignidad humana. Las libertades de expresión e información deben ser respetadas mas no para utilizar medios como megáfonos dentro de un gueto donde se pretende hacer creer que todos viven en estado de felicidad.

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