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Juntas de Vecinos: Simbolo de la Reterritorialización de la Izquierda.

El ser humano que siempre ha vivido inserto en grupos, partiendo de las agrupaciones más rudimentarias; desde las hordas hasta las comunidades más complejas.

El ser humano que siempre ha vivido inserto en grupos, partiendo de las agrupaciones más rudimentarias; desde las hordas hasta las comunidades más complejas, desde el paleolítico hasta nuestros días, el ser humano necesita ser gregario.


Por: Patricia Bravo Farías | Periodista el Minuto 


El primer grupo fue el clan, compuesto por lazos familiares, los clanes fueron grupos consanguíneos, que compartían un lugar de residencia común. Posteriormente grupos de clanes se transformaron en tribus. A partir de esas tribus primitivas, los grupos humanos se desarrollaron de forma gradual en los órdenes sucesivos del gobierno humano que han aparecido y desaparecido, hasta que se plasmaron en las formas de regulación civil y social que caracterizan a la humanidad actual.

Hoy en día se entiende por comunidad a un grupo de individuos que tienen ciertos elementos en común; ubicación geográfica (un barrio, por ejemplo), idioma, costumbres, valores, estatus social, etc. Por lo general, en una comunidad se crea una identidad común, y ésta se une para enfrentar una necesidad o lograr un objetivo, pudiendo ser este un bien común. Ese fin común es justamente la base de lo que son las actuales Juntas de Vecinos.

En el espacio físico que compartimos (en el barrio) cada uno de nosotros desarrollamos nuestros “diarios vivires” en proximidad de los “diarios vivires” de cientos de otras personas con las que establecemos vínculos. Encontrarnos con el vecino en la espera de la micro, en el almacén de la esquina, en la plaza, donde podemos compartir algunas palabras, constituye la esencia misma del “barrio”.

Esto es lo que llamamos comunidad y está constituida además, por estas entidades que nos prestan sus servicios; almacenes, verdulerías, panaderías,  jardines infantiles, la escuela , la plaza del barrio, el club deportivo, la iglesia etc.

Para agrupar las necesidades de los vecinos surgen entonces, las llamadas “Juntas de Vecinos”, cuya finalidad es velar siempre por “el bien común”. El aspecto social y emocional de los habitantes de un barrio o comunidad son los pilares básicos para la formación de las Juntas de Vecinos, ya que formulan las preguntas “¿quiénes somos?, ¿qué queremos de nuestro barrio?”, cuestiones fundamentales a la hora de trazar un plan o proyecto de desarrollo para la comunidad .

La comunicación afectiva, en el diario vivir, debe ser un fundamento básico para construir un barrio más amigable y de esta forma, ir formando comunidad e ir sembrando las semillas para la formación de una Junta de Vecinos. La base de toda Junta de Vecinos debe ser la existencia de reales vecinos y vecinas, desde el plano social y afectivo antes descrito.

¿Entonces por qué las juntas de vecinos se están convirtiendo en sedes políticas?

Hace unos días mientras caminaba por mi barrio, me percato que la junta de vecinos exhibe un ostentoso cartel que decía: “Hacia un camino constituyente”… En estos tiempos, ¿ no es acaso eso una clara evidencia que las juntas de vecinos se están convirtiendo en un territorio político de la izquierda?

En politología existe el concepto de territorialización, que es el proceso de dominio (político-económico) o de la apropiación (simbólica-cultural) de un espacio, hecha por un grupo humano. Es inmaterial, pero se hace presente cuando hay un reconocimiento de pertenencia en el territorio por un ser humano, es decir, cuando este se identifica con el territorio.

La territorialización del barrio debería pertenecer al grupo de vecinos, aquellos que en comunidad buscan el bien común del barrio, sin embargo, los vecinos han sido desde hace un par de años continuamente desterritorializados por la izquierda, con el fin de instaurar su ideología en el barrio. La desterritorialización se refiere a la pérdida de territorio, por pugnas de poder, donde se rompe toda relación con la historia y la memoria de los lugares, esto es entonces lo que está sucediendo con nuestras juntas de vecinos.

Pintadas sus fachadas con colores, símbolos y conceptos propios que la izquierda impone, y sin siquiera ocultar sus posiciones políticas, ciertas juntas de vecinos (por ejemplo algunas cercanas a la llamada “Zona Cero” del estallido revolucionario), hacen cabildos abiertamente ocupando espacios públicos de la comunidad (parques por ejemplo) y defendiendo públicamente la insurrección.

¿Qué tiene que ver esto con la necesidad y bien común del barrio?

Actualmente la ley que regula la organización, las finalidades y las atribuciones de las Juntas de Vecinos es la Ley N° 19.418, en vigencia desde el 1 de abril del año 2014.

Variadas y valiosas funciones de bien común en los barrios, poblaciones y localidades. se desarrollaron durante todo el siglo XX como expresión colectiva y autónoma de los habitantes para impulsar mejoras indispensables para su bienestar en relación con múltiples necesidades del hábitat. Las Juntas de vecinos como una institución propiamente tal surgen como parte de la «promoción popular» en el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, en 1968, donde se reconocen legalmente.

La ley de juntas de vecinos de 1968 se contextualiza en la agenda política que abogaba por cambios sociales profundos, pero en contraposición a los movimientos revolucionarios. Dentro de este proyecto, un aspecto fundamental fue la llamada «promoción popular», que buscaba integrar a la población denominada como «marginal» a partir de fomentar su organización y de esa manera integrarlos a la vida política, concentrando reivindicaciones y de alguna manera controlando el potencial revolucionario de grandes sectores de la población.

En el gobierno de la Unidad Popular la «promoción popular» fue reemplazada por la Consejería Nacional de Desarrollo Social y el ‘poblador’ fue considerado como un sujeto revolucionario primordial.

Actualmente el rol de las Juntas de Vecinos está relacionado principalmente a temas ligados a la vivienda, pavimentación y servicios básicos, temas ambientales, las áreas verdes, el transporte público, incluso las demandas de ciertos colectivos como niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores.

La ley que regula la organización, las finalidades y las atribuciones de las Juntas de Vecinos es la Ley N° 19.418, en vigencia desde el 1 de abril del año 2014. El artículo 3 de esta ley prohíbe realizar acciones proselitistas, debiendo respetar todas las preferencias políticas, religiosas etc., por lo tanto estas juntas de vecinos que están realizando este tipo de actividades está infringiendo claramente la ley.

¿Es entonces que se quiere volver a hacer de las juntas de vecinos lo que se hizo en la Unidad Popular?

El año pasado los senadores Carmen Gloria Aravena, Luz Ebensperger, Ricardo Lagos Weber, Carlos Montes y Ximena Rincón, presentaron un proyecto que modifica la ley N° 19.418, con el objeto de fortalecer el rol de las juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias en la representación de la comunidad y apoyar la acción de sus dirigentes.

¿Qué propone la moción que fortalece el rol de las juntas de vecinos?

-Mejorar la actual regulación orgánica de las juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias, sus funciones y atribuciones, las formas y modalidades de participación en los territorios vecinales, locales y comunales y los mecanismos de vinculación y responsabilización recíproca.

Respecto de las autoridades municipales, propone que todas las juntas de una respectiva unidad vecinal deban constituir una “junta territorial”, especialmente como dispositivo aglutinador e interlocutor preferente para tratar los asuntos, planes, obras y presupuestos de común interés con la municipalidad. De esta forma las municipalidades, a través de su órgano deliberativo, tendrán el deber de escuchar la opinión de las juntas de vecinos y territoriales en los procesos formales que conducen a la aprobación del plan de desarrollo comunal, perdiendo absoluta fuerza y autonomía. ¿No es esto acaso una reterritorilización de los barrios donde las Juntas de vecinos, claramente politizadas tomen el control y decidan sobre la comunidad?

El proyecto incluye además el respeto de la autonomía de las juntas vecinales, el derecho a la información, a la formación y capacitación de dirigentes y vecinos/as. Yo me pregunto, ¿esto incluirá capacitación política?

A días del plebiscito de Octubre pasado,  fui testigo de que la  JJVV de mi barrio salía como convocante a protestas por el apruebo. La presidenta, claramente una operadora política usa la sede  de la junta de vecinos (que nos pertenece a todos) como punto de reunión y organización política.

Nosotros como vecinos comunes y corrientes que sólo nos interesa y el bien común de nuestros barrios, sólo tenemos dos alternativas: La primera; denunciar a la municipalidad sobre estas Juntas vecinales politizadas y tomadas por la izquierda, para que por lo menos les hagan un llamado de atención y la segunda y más importante, comenzar a trabajar por nuestros barrios para que éstos vuelvan a ser lo que eran, barrios libres y democráticos donde las juntas de vecinos sean representativas de las personas que residen en un mismo lugar y cuyo objeto es promover el desarrollo de la comunidad, defender los intereses y velar por los derechos de los vecinos.

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