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La misteriosa Fuerza Quds

El Minuto | En el mes de junio, en medios argentinos fue noticia la llegada de un avión Boeing 747 que tenía una tripulación mixta con venezolanos e iraníes. El avión había pertenecido a una empresa iraní del Cuerpo de Guardianes. Mientras que parte de la tripulación, se sospecha que integran la Fuerza Quds, una unidad de elite, considerada por Estados Unidos e Israel, como una organización terrorista. Esta fuerza de elite, creada en tiempos de Jomeini, ha tenido un papel muy importante en apoyo a grupos desestabilizadores y terroristas en el Próximo Oriente, pero poco se sabe de ella.

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro | Director de Diario El Minuto

En los primeros tiempos de la Revolución Islámica, se pensaba en la creación de un ejército afín al nuevo orden. En la creación de esta nueva fuerza, que reemplazaría las fuerzas armadas de tiempos del sha, participarían las distintas organizaciones tanto islámicas como de izquierda. Pero los sectores islamistas, se hicieron con el control del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, conocidos como “Pasdaran”. El ayatollah Jomeini, Guía Suprema, dio el visto bueno para crear una fuerza, destinada a ser la guardia pretoriana del régimen y como elemento para prevenir un posible golpe por parte de las antiguas fuerzas armadas. Los Pasdaran participaron activamente en las purgas contra las fuerzas armadas, lo que abrió una brecha hasta el día de hoy entre ambas instituciones militares. Las tensiones y rebeliones protagonizadas por grupos insurgentes de extrema izquierda, minorías étnicas, como los kurdos, además de la necesidad de imponer las normas religiosas y de moralidad impuesta por los ayatollahs, convirtió al Cuerpo de Guardianes, en la fuerza destinada a mantener el orden interno.

El objetivo de exportar la revolución al Próximo Oriente, llevó a utilizar al Cuerpo de Guardianes para operar fuera de las fronteras nacionales. La primera experiencia sería en Líbano, al patrocinar el desarrollo del movimiento Hezbollah, que más allá de un partido político, se convirtió en una poderosa organización armada. La guerra civil libanesa, forjó a los cuadros iraníes y sus pupilos libaneses. La base para la creación de la misteriosa Fuerza Quds (nombre árabe de la ciudad de Jerusalén), se había establecido.

La invasión iraquí en 1980, con el beneplácito de las potencias occidentales, especialmente de Estados Unidos, con el objetivo de derribar al régimen de los ayatollahs, tuvo un efecto inverso al esperado. La revolución no se desmoronó, a pesar que atravesó momentos muy críticos, sino más bien radicalizó aún más al régimen, y las fuerzas armadas regulares, ante la agresión extranjera se alinearon al gobierno revolucionario, agregándose un hecho no menos, la joven Guardia de la Revolución o Cuerpo de Guardianes, tuvo su “bautismo de fuego” forjando sus cuadros y tropas, que a pesar del alto precio en vidas, permitió desarrollar una peculiar doctrina de guerra asimétrica y de operaciones especiales.

En el plano estratégico, el régimen organizó el Ministerio de Inteligencia y Seguridad en 1983. A lo largo de los años, fue creada una aceitada y eficaz estructura institucional en materia de planeamiento, estando al frente el Líder Supremo, además del Presidente de la República, ministros de exteriores, inteligencia, defensa, interior, como del jefe de estado mayor general de las Fuerzas Armadas. Los años de sanciones internacionales, de conflictos regionales, ha llevado al régimen a contar con un eficaz sistema de inteligencia nacional, que permite tener un adecuado cuadro de situación del panorama regional e internacional.

La Fuerza Quds, creada en aquellos primeros tiempos de la Revolución, forjada en los campos de batalla en Irak y la guerra civil libanesa, es una fuerza especial, dependiente directamente del Comandante del Cuerpo de Guardianes, como una rama separada, de las otras “armas” que tiene dicha fuerza. Se estima que tiene unos 5.000 efectivos – a pesar que el Consejo Supremo de Seguridad Nacional aprobó elevar el número de efectivos a 15.000 – con un alto nivel de preparación, y sus responsabilidades abarcan operaciones especiales fuera de las fronteras nacionales, que incluye el entrenamiento de fuerzas aliadas a Irán, guerra no convencional, y operaciones de impacto estratégico. En cuanto a la estructura de esta peculiar fuerza como de su número de efectivos, es objeto de controversias, dado que Irán no informa públicamente casi nada de esta peculiar fuerza de elite.

Esta fuerza especial, opera en estrecha colaboración con los Ministerios de Inteligencia y Exteriores. Los Quds, son una fuerza que cuenta con capacidad propia de inteligencia, expertos en política internacional, además de su componente netamente militar. La presencia de cuadros de la Fuerza Quds o FQ en embajadas iraníes, le permite extender su radio de acción. No queda claro, los vínculos entre personal diplomático iraní y los oficiales de la FQ. Sea como fuere, no cabe duda que existen mecanismos de coordinación, que permite que la FQ pueda llevar a cabo acciones en lugares muy distantes de Irán.

La FQ, no solo ha operado en Oriente, sino también en la guerra de los Balcanes, más precisamente, desarrolló actividades en apoyo a los bosnios musulmanes. Desde la embajada iraní en Sarajevo, se proveyó de cobertura para las actividades de la FQ, que a pesar de no haber tenido el impacto como en el caso libanés, dando origen a un movimiento como Hezbollah, brindó valiosas lecciones y en un área extraña a los intereses tradicionales iraníes. Irán desplegó una estructura de organizaciones de caridad y asistenciales, incluyendo la Medialuna Roja (rama de la Cruz Roja Internacional para los países musulmanes) cobertura para las operaciones de la FQ. De una manera pragmática, Teherán buscó generar lazos con los bosnios musulmanes, a pesar de ser estos sunnitas. En 1992, los croatas interceptaron un Boeing 747 iraní, que llevaba elementos de apoyo a los combatientes bosnio musulmanes, incluyendo 4.000 armas portátiles, millones de cartuchos de munición y una tripulación que iba más allá de los que emplean los aviones de carga, con 40 iraníes a bordo. La CIA estimó que unos 150 cuadros de la FQ operaban en Bosnia en misiones de entrenamiento y asesoramiento. Las presiones de Estados Unidos directas al presidente bosnio musulmán Izetbegovic, para la expulsión de los iraníes.

Luego de los Acuerdos de Dayton, fuerzas de la OTAN, bajo mandato de Naciones Unidas, en una operación de control, encontró a un grupo de personas con pasaporte iraní y con un importante arsenal, mapas de las bases de los Cascos Azules, finalmente dicho personal salió discretamente del país, dado la situación endeble tras los acuerdos de paz de Bosnia. A pesar que la experiencia iraní, que costó unos US$ 200 millones, Teherán, no logró crear una red de influencia lo suficientemente poderosa, pero logró en un primer momento, actuar con la máxima discreción y poner a prueba su capacidad para operar en Europa, y posiblemente establecer una plataforma para su red de inteligencia.

Los tentáculos de la FQ, ha permitido crear una infraestructura de entrenamiento y control de numerosas organizaciones armadas en Próximo Oriente, que van desde milicias nutridas por oblaciones chitas locales, hasta organizaciones terroristas sumamente complejas como Hezbollah. En una publicación turca, que analiza las capacidades militares iraníes, en lo atinente a la FQ y su influencia en grupos armados del Próximo Oriente, estima en varios miles de combatientes están bajo su control directo o indirecto: El apoyo de Irán a los grupos de poder no estatales en el Medio Oriente no es solo una cuestión de ideología revolucionaria, son una parte esencial de la seguridad de Irán.

Las relaciones con los grupos de poder brindan a Teherán beneficios de seguridad, incluida la asistencia para contrarrestar las amenazas de inteligencia extranjera, el intercambio de inteligencia y la lucha contra el terrorismo, además de permitir que el país proyecte su poder más allá de sus fronteras. (ver https://www.insightturkey.com/articles/irans-military-capability-the-structure-and-strength-of-forces).

El caso más emblemático es Hezbollah, entidad estrechamente vinculada al régimen iraní, por cuestiones religiosas, ideológicas y políticas. El financiamiento iraní ha permitido su expansión y consolidación. Este verdadero “estado dentro del estado” tiene su propia rama militar, con más de 30.000 efectivos, que han luchado por años en Siria del lado del régimen del Assad, bajo la tutela de asesores iraníes. Esta experiencia de guerra, le permite llevar a cabo no solo acciones no convencionales, sino también convencionales. A través de este actor, Irán obtiene inteligencia e impulsa acciones directas contra intereses occidentales y el propio Israel.

En 2003, Estados Unidos invadió Irak y el país cayó en el caos. El pésimo manejo de los ocupantes, con los vencidos, abrió las puertas para que Irán extendiera su red de influencia en las poblaciones árabes chiíes. La FQ desde una base especialmente organizada a dicho efecto en Irán, dio entrenamiento y asistencia a miles de combatientes irregulares. Citando dicho artículo turco, Entre los grupos iraquíes destacados que actúan como representantes de Irán se encuentran al-Hashd al-Shaabi (Las Fuerzas de Movilización Popular o PMF), la Organización Badr, Asa’ib Ahl al-Haq (AAH), Kata’ib Hezbollah (KH), Harakat Hezbolá al-Nujaba (HHN) y Kata’ib Sayyid al-Shuhada (KSS). El PMF, formado el 15 de junio de 2014, está compuesto por unos 40 grupos de milicias, con aproximadamente 100.000-120.000 combatientes principalmente chiítas.

El segundo grupo paramilitar importante respaldado por Irán en Irak es la Organización Badr, que fue formada en 1982 por el ayatolá Sayyed Mohammed Baqir al-Hakim y actualmente cuenta con aproximadamente 20.000 combatientes encabezados por Hadi al-Amiri. En pocos años, los iraníes construyeron en Irak un verdadero poder paralelo, incidiendo directamente en el gobierno de Bagdad. Asimismo, a través del control indirecto, Irán, no tiene que involucrarse abiertamente en conflictos regionales, ni empeñar recursos materiales y humanos importantes, con sus ventajas políticas y económicas. En Siria, el modelo de “guerras por delegación” llevó a la FQ a patrocinar y crear distintas organizaciones paramilitares, con varios miles de combatientes. Incluso fueron reclutados voluntarios chiíes provenientes de Afganistán, de la perseguida minoría hazara (reclutados entre refugiados en Irán) y Pakistán. Germen de nuevos actores que pueden ser empleado en defensa de los intereses de Irán en dichos países.

Israel advirtió la creciente presencia iraní en Siria y ha llevado ataques muy puntuales, para evitar la consolidación de una infraestructura militar iraní, especialmente en áreas cercanas a los Altos del Golán, con el objetivo de alejar cualquier posibilidad de infiltración terrorista patrocinada por Teherán. En el teatro de operaciones sirio, el general Soleimani, comandante de la FQ, tuvo un importante papel para la supervivencia del régimen de Damasco, que para el 2015, estaba al borde del colapso, ante la avalancha del ISIS. El apoyo ruso, unido a una acertada estrategia en el terreno, permitió que las fuerzas de Assad, se impusieran y recuperaran terreno perdido. Esta vez la FQ, no solo operó como elemento de asesoramiento y entrenamiento, sino operó en acciones concretas, con apoyo de fuerzas terrestres del Cuerpo de Guardianes y el ejército regular iraní.

En el caso iraquí, se aplicaron en cierto punto, los mismos mecanismos en Bosnia, a través de acciones vinculadas con el soft power. Los iraníes desplegaron acciones políticas, culturales y militares. Desde los primeros tiempos de la invasión de Estados Unidos, la FQ, estaba operando en el terreno, gracias a la porosidad de las fronteras, que sobrevino con el caos con la caída del dictador Saddam Hussein, teniendo como principal referente político al líder chiita local Muqtada al Sadr. Los grupos irregulares iraquíes chiitas, con asesoramiento iraní, pronto se transformaron en un verdadero problema para las fuerzas de ocupación.

En 2004 fueron capturados oficiales de la FQ en Basora y en 2006, cuadros militares del Hezbollah, fueron detenidos por las fuerzas de ocupación en Irak. En 2007, cuadros de la FQ usando uniformes, tarjetas de identificación de las fuerzas estadounidenses, hasta vehículos y armas de dicha procedencia, llevaron a cabo un ataque a una base militar norteamericana en Irak, causando seis muertos. Una demostración de fuerza, para mostrar el nivel de la FQ para desarrollar operaciones encubiertas en cualquier punto de Irak.

La infiltración iraní, se tradujo en el campo de la política, donde la presencia de Teherán es notable, convirtiéndose en un verdadero árbitro de la política local. La retirada de las fuerzas de Estados Unidos de Irak, sin ninguna duda fue para los líderes iraníes una victoria. La campaña de desestabilización sin ninguna duda tuvo sus efectos, a pesar que no fue decisiva, pero si la actividad de la FQ, estuvo estrechamente ligada a contribuir el clima de caos e inestabilidad endémica que vivió Irak desde 2003.

En Arabia Saudita, los iraníes al parecer activaron el Hezbollah al Hejaz, desarticulado en 1997, pero el clima de represión de la población chiita en dicho país, como en Bahréin, crea las condiciones para el desarrollo de este “proxy” o agente desestabilizador. En Yemen, los iraníes apoyan a los huzíes, estancados en una guerra civil contra el gobierno pro saudita instalado en Adén. Desde Saná, los huzíes junto un sector de las fuerzas armadas yemenitas y diversos grupos políticos, controlan gran parte de lo que fue la extinta república de Yemen del Norte, con miles de combatientes. Nuevamente citamos al artículo turco que nos dice que Irán ejerce el control e influencia sobre 17 grupos armados en Oriente, con una fuerza estimada de 300.000 integrantes. Esto permite a Teherán contar con importantes recursos, que le permite golpear y desestabilizar los intereses de sus adversarios en la región. Arabia Saudita lo vivió en carne propia con ataques con misiles desde Yemen contra instalaciones de su industria petrolera.

El asesinato por parte de Estados Unidos, del general Soleimani, durante muchos años, comandante de la FQ y artífice de la estrategia militar iraní en la región, no generó el efecto esperado, a pesar que frenó en parte la estrategia de Teherán en Irak, pero por un corto lapso de tiempo. Irán más allá de algunas acciones concretas contra bases estadounidenses en Irak y desde el discurso, no escaló el conflicto. La pandemia del COVID significó un paréntesis, pero una vez más Irán, viendo la oportunidad favorable, ha mostrado su influencia en Irak, consecuencia del largo trabajo llevado por la FQ.

Fuerza Quds un arma estratégica.

La Revolución de 1979 significó profundos cambios para Irán, incluyendo el aspecto militar. El régimen se percibe a sí mismo, como responsable de la protección de la fe islámica, de la rama chiita, bajo el concepto de la guía del docto. En este contexto, Irán, tiene la responsabilidad de proteger a los oprimidos, siendo estos generalmente las poblaciones chiitas de la región, dominadas por las elites sunnitas. Es por ello que existe un deber de exportar el legado de la revolución a la región, que se vincula también con la idea de convertir a Irán en un actor relevante, con aspiración de ser una potencia. El enfrentamiento con Occidente, especialmente con Estados Unidos y su aliado en la región, Israel, han marcado la política de seguridad del régimen, agregándose la creciente competencia y rivalidad con otro aliado pro occidental en la región, Arabia Saudita.

Los años de sanciones internacionales, las consecuencias de ocho años de guerra con Irak, afectaron seriamente la economía del país. Los limitados recursos destinados al ámbito militar, dieron origen a una peculiar estrategia. El primer paso dado por el régimen en 1983, fue la creación del Ministerio de Inteligencia y Seguridad, además de crear una fuerza militar, destinada a preservar el legado revolucionario, como también exportarlo. Los años de la guerra de Irak y la aspiración de exportar la revolución, llevó al diseño de fuerzas especializadas en guerra asimétrica. El banco de pruebas, fue Líbano, donde cuadros del Cuerpo de Guardianes, llevaron a cabo el experimento que resultó ser Hezbollah. Los líderes iraníes, desarrollaron un exitoso sistema de inteligencia, que le ha permitido actuar en escenarios muy lejos del Próximo Oriente.

La debilidad militar, llevó a buscar otros mecanismos para la defensa de los intereses del país. El concepto de “Defensa Avanzada” significó la activación de un peculiar grupo de elite, la Fuerza Quds, destinada a entrenar y apoyar elementos desestabilizadores en la región, y poniendo en práctica el concepto de guerra por delegación. Esto tiene un impacto en materia de costos, tanto material, humano como económico. Los errores de Occidente en la región, facilitaron de alguna manera a que los iraníes extendieran su influencia. En Siria, la FQ, tuvo un importante papel. Irán no podía permitir la caída del régimen de Damasco, que aislaría a Hezbollah, como también de un aliado táctico, Hamas. Aquel campo de batalla ha servido para que la rama militar de Hezbollah adquiriera una amplia experiencia militar convencional, como también la FQ tuvo un importante rol, no solo en operaciones de asistencia, sino llevando acciones especiales propiamente dichas.

El caos iraquí, sobreviniente a la invasión de 2003, creó las condiciones para que la FQ estableciera una red de organizaciones armadas de diverso tipo, llegando a controlar directa o indirectamente a miles de combatientes, responsables de muchas acciones contra la presencia de Estados Unidos y sus aliados en Irak. En Yemen, los iraníes aplicaron la misma receta, interviniendo de manera indirecta, lo que ha llevado Arabia Saudita y sus aliados, a un verdadero pantano.

La Fuerza Quds, va más allá de ser una fuerza especial, es una herramienta de impacto estratégico, con una amplia experiencia operacional, apoyada por un aceitado sistema de inteligencia y financiamiento garantizado por la red de fundaciones y empresas del Cuerpo de Guardianes, que con suma habilidad, han logrado sortear las sanciones internacionales. y le permite a Irán, financiar sus acciones desestabilizadoras. Esta suerte de estrategia del miedo, llevada a cabo por diversos medios, desde operaciones militares limitadas, guerra irregular y hasta terrorismo, explotando con suma habilidad los errores y debilidades de sus adversarios, le ha permitido a Teherán, ser un actor de peso en el Próximo Oriente.

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