Desde el 17 de junio de 1789, cuando se instaló la Asamblea Nacional de la revolución francesa, la nación no presentaba una presencia de diputados de ultra derecha como el actual a partir del domingo 7 de julio del 2024. El partido de Marine Le Pen, no ganó las elecciones del Parlamento, pero sus proyecciones para la presidencia nacional del 2027 siguen vigentes. Nadie llegó a la mayoría absoluta (289). Ocupó el primer lugar, el Nuevo Frente Popular del ultraizquierdista, Jean-Luc Mélenchon, que obtuvo entre 177 y 192 escaños; Ensemble (Macron), entre 152 y 158; y RN de Le Pen, entre 138 y 145.
Por Gary Ayala, Director de El Minuto en Perú
Marion Anne Perrine Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 5.08.1968), o simplemente “Marine”, abogada, primero eurodiputada y luego parlamentaria francesa, tres veces candidata presidencial, llegó con la agrupación Rassemblement National (RN) – fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, con el nombre de Frente Nacional en 1972- a un importante protagonismo nacional con un partido satanizado por los diversos sectores de la izquierda francesa que recordaban al fundador como un veterano de guerra con ideas xenófobas, nazi negacionista del holocausto, y reivindicador del coloniaje sobre Argelia, país que recientemente ha celebrado el 5 de julio su 62 Aniversario de independencia.
Marine, tomó a la política como una escuela de experiencias que lejos de hacer perder la visión que origina la participación activa, demanda un feedback interpersonal, sostenido y en evolución con el ciudadano de a pie para expresar el mensaje eficaz mediatizado. A partir del año 2011 cuando asumió la presidencia del Frente Nacional inició la desmitificación o lucha contra la demonización de su organización política como eje del mal. Es más, expectoró a su propio padre en el 2015 quien concentraba el rechazo de un gran sector del país, y cambió el nombre partidario al de Agrupación Nacional en el 2018.
Le Pen, desarrolló una activa participación política. En su primer concurso presidencial obtuvo 17.9% de los votos en primera vuelta y quedó tercera, ese año ganó François Hollande (Partido Socialista). En las elecciones del 2017, duplicó su electorado, pues, obtuvo el 33.9% en segunda vuelta ante el triunfo de Emmanuel Macron (La República en Marcha) quien logró el 66.1%. En las elecciones del 2022, Macron volvió a ganarle con un 58,54% de votos frente al 41,46% de aquella. A pesar de las derrotas, el crecimiento del respaldo ciudadano a Marine fue creciente.
La líder de RN estudió durante su trayectoria social el contexto político, socioeconómico y cultural del escenario francés, analizó las causas del miedo inducido sobre su agrupación y se encaminó estratégicamente a destruir, uno a uno, los conceptos que consideró adversos y colocó nuevas ideas fuerza como una nueva vitrina de su pensamiento político. Se afianzó en el sector social más vigoroso de la sociedad -la juventud- y colocó en el 2022 como presidente del partido a un joven de 27 años, Jordan Bardella, para personalizar en él las aspiraciones de las nuevas generaciones francesas.
Le Pen, prometió subvencionar a las empresas que contraten a más jóvenes, reconocer la jubilación hasta los 60 años de edad, proteger la industria nacional frente a la perjudicial importación. Ofreció apoyo a los agricultores afectados por los elevados precios de los combustibles y fertilizantes ocasionados por la guerra ruso-ucraniana, incrementar los salarios con lo cual ganó espacios en sectores tradicionalmente ganados por la izquierda; además, declaró que rebajaría el costo de la electricidad entre un 30% y 40% para los hogares, así como liberar a los menores de 30 años del impuesto a la renta.
Pero, sobre todo, Le Pen ofreció solucionar el problema de la inmigración ilegal. Fijó su mirada principalmente en el sector musulmán que tiene una población de más de seis millones en Francia (2,600 mezquitas) y que representa el 8% del electorado nacional. Declaró que recuperaría la cultura histórica y espacios islamizados en París, Lyon, Marsella, Estrasburgo y otras ciudades, que “Francia será para los franceses”, y que prohibiría el uso del velo que oculta a las mujeres bajo la norma sharía. Justificó su posición con el sustento de que gran parte de la inseguridad ciudadana se debe a dicha presencia de modo ilegal.
Paralelamente, la líder de RN, cambió su discurso sobre el aborto, el matrimonio homosexual y la comunidad LGTBI, pues, se mostró mucho más tolerante frente a todo ello. Además, abandonó la tesis de salir de la OTAN y de la Unión Europea. De otro lado, exhibió abiertamente su buen diálogo con Vladimir Putin.
No solo analizó el panorama francés, también avizoró el panorama regional y marcó distancia de organizaciones políticas con tendencia nazista como las existentes en Alemania.
Jaque al Gobierno
Las críticas de Le Pen hacia Emmanuel Macron apuntaron a su ruidosa actitud belicista contra Rusia y su exigencia de brindar más armamento a Ucrania en lugar de atender problemas internos. Lo expuso como seguidor del globalismo desnacionalizador y de no defender la identidad nacional e histórica francesa. Macrón, había declarado: “No existe la cultura francesa, sino muchas culturas francesas”.
El panorama para Macron se tornó sombrío al concluir las elecciones parlamentarias europeas del 2024 donde la extrema derecha ganó las elecciones. Se anunció rápidamente que, del total de 720 escaños, el Partido Popular Europeo lograba 189 como primera fuerza comunitaria; la Alianza de los Socialistas y Demócratas Europeos, 135; los Liberales, 83; y la izquierda, 35, principalmente. Se estimó que la alemana, Úrsula von der Leyen (formada en la Unión Demócrata Cristiana, CDU, y considerada por la revista Forbes como la mujer más poderosa del mundo en 2023) sería reelecta en la presidencia de la Comisión Europea.
El gobierno de Macron tenía allí 60% de desaprobación ciudadana y 35% de aprobación. Disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones legislativas anticipadas. Resultado: Rassemblement National, 33%; Nouveau Front Populaire, 28.50%; y Ensemble, 22%.
El desenlace de la primera vuelta electoral legislativa causó conmoción en Francia y todo Europa, la extrema derecha anunciaba su llegada al poder por la vía democrática y parecía un tsunami electoral imparable. Personalidades y líderes de opinión como el capitán de la selección nacional de fútbol francés, Kylian Mbappé, anunciaba su pesar y pedía a la juventud impedir el paso a los extremistas, en el mismo sentido se pronunció el otro seleccionado, Jules Koundé: “Está en contra de nuestros valores de convivencia y respeto, y busca dividir a los franceses…”
Un video rap (“No pasarán”) elaborado por 20 raperos populares cantaban contra Marine Le Pen, su sobrina Marion Maréchal y contra el líder, Jordan Bardella, a quien decían: “Estás muerto”.
El contexto político predispuso a Macron consensuar con la extrema izquierda, sectores comunistas, socialistas, ecologistas activistas y comunidades musulmanas (importantes estas últimas en los anteriores triunfos de Hollande, del propio Macron y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon). Se elaboró una estrategia para la segunda vuelta electoral y se avivó la acusación de xenofobia y ruptura de la integración cultural francesa contra Le Pen.
Los resultados de las elecciones legislativas en esta segunda vuelta sorprenden tanto como las obtenidas en la primera vuelta donde se impuso Le Pen. Emmanuel Macron, gobernará hasta el 2027 de acuerdo a la Constitución francesa, pero tendrá un camino que le exigirá una alta inteligencia en negociación política, consenso coyuntural, atinada designación del primer ministro, capacidad de control sobre la inmigración ilegal, contención de la dura oposición de la extrema derecha que pretenderá sucederlo en el gobierno, y buena comunión con la Unión Europea.
Francia, es una potencia nuclear en la Unión Europea, representa una de las tres economías más grandes de su continente, es miembro del G7, y tiene una especial connotación por su histórico proceso sobre el sistema democrático en el mundo. Por ello -precisamente- se espera que el devenir de esta importante potencia europea se realice siempre dentro de los cánones que establece la democracia y que sus habitantes junto a todos quienes transiten por su territorio vivan en paz, en alta calidad de vida y con las suficientes herramientas para respetarse unos a otros. También, se espera que los Juegos Olímpicos del 2024 se desarrollen con toda normalidad.