Siria: las horas más oscuras

Jorge Suarez Saponaro
Jorge Suarez Saponaro
Columnista | Diario el Minuto

¡El Régimen de Al Assad al Límite! Avances Islamistas Cercan a Damasco y Sacuden Medio Oriente

El régimen de Al Assad al parecer tiene sus días contados. Las fuerzas armadas sirias fueron incapaces de defender Alepo luego de un ataque relámpago por parte de las fuerzas islamistas Hayat Tahrir al-Sham, cuyo bastión se ubica en Idlib, al norte en un área bajo control de facto de grupos apoyados por Turquía.  El frente se desmorona, lo que permitió avances en grandes ciudades como Homs y en el sur en Deraa, cercando la capital Damasco. El gobierno de Erdogan se encuentra expectante y espera una pronta caída del régimen sirio, que tendrá un profundo impacto en la geopolítica y seguridad tanto de la región como fuera de ella.

Por el Jorge Alejandro Suárez Saponaro |Director de Diario El Minuto para Argentina

Los medios internacionales, especialmente occidentales, nos hablan de la caída de Alepo, segunda ciudad del país en el norte, controlada por el régimen sirio, en una semana fue tomada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham, un desprendimiento del grupo terrorista Al Qaeda. El rápido avance, donde quedó demostrado la escasa resistencia del ejército sirio, permitió la caída de ciudades importantes como Hama y Homs, abriendo el camino hacia Damasco y cortando el acceso hacia el litoral marítimo del país. En el sur el alto mando sirio reconoció avances de los extremistas en la provincia de Deraa (donde estalló la revuelta de 2011 que degeneró en guerra civil) y anunció un repliegue para poder establecer una defensa en torno a Damasco.

El grupo que protagonizó el avance relámpago el 27 de noviembre de 2024, es el citado Hayat Tahrir al Sham o HTS (Organización para la Liberación del Levante), grupo nacido en 2011 como Jabhat al-Nusra, filial de la organización terrorista Al Qaeda. HTS se caracteriza por su cohesión y capacidad de combate. Se estima que tiene unos 30.000 combatientes. Su líder Abu Mohammed al-Jawlani, rompió con Al Qaeda en 2016, tomando el actual nombre después de fusionarse con una serie de grupos terroristas menores.  En 2017 fue responsable de un ataque terrorista en Damasco donde mató a 40 civiles. Estados Unidos y Turquía lo habían declarado organización terrorista y desde 2018, la ONU la incorporó en su lista oficial de grupos terroristas. Fuerza dominante en la provincia de Idlib – sede del autodenominado Gobierno de Salvación Sirio -  con apoyo turco, se caracterizó por la violación constante de derechos humanos. Naciones Unidas, el 3 de diciembre señaló de desplazamiento de miles de civiles, organizaciones de derechos humanos hablan de abusos y muertes de civiles, incluyendo menores de edad, por los combates entre los extremistas y las fuerzas sirias.  Existen informes documentados tanto de organizaciones de derechos humanos como de agencias especializadas de Naciones Unidas, sobre malos tratos contra prisioneros de guerra, ejecuciones, persecuciones contra minorías étnicas y religiosas, y violencia contra la mujer.

 

HTS fue responsable en 2019, según informes de la prestigiosa Human Rights Watch, sobre detenciones y torturas a militantes de derechos humanos en zonas de Idlib, Alepo y Homs.  El aliado de HTS, el Ejército Nacional Sirio o SNA, también tiene un largo historial de violación de derechos humanos.  Responsable de desaparición forzada, torturas y detenciones arbitrarias especialmente contra la minoría kurda.  El SNA es apoyado abiertamente por Ankara.

En la ofensiva conocida como “Operación Disuasión de la Agresión” participan diferentes grupos minoritarios como el Frente de Liberación Nacional o NFL formado por Jaish al-Nasr, Sham Corps y el Ejército Libre de Idlib. Hay facciones vinculadas al Ejército Libre Sirio.  El Movimiento Ahrar al-Sham, de unos 15.000 efectivos, forma parte del Frente Islámico. El Ejército del Orgullo – Jaizz al Izza – tiene entre 2.000 a 5.000 combatientes, es parte del Ejército Libre Sirio y cuenta con armamento moderno provisto por Estados Unidos. Su comandante, Mustafa Abdul Jaber, señaló que el éxito de la ofensiva fue gracias a la ausencia de mandos iraníes (retirados en parte por seguridad luego de acciones israelíes que costó la vida a diversos altos mandos de la Fuerza Quds).

El Movimiento Nur Eddin Zinki, se enfrentó a HTS. Fue derrotado en 2019, que abrió las negociaciones para unirse a ellos. Zinki operó siempre en la zona de Alepo. En la ofensiva de 2024 están integrados en las fuerzas de la denominada “oposición siria”. El control de pozos petroleros por parte de los grupos terroristas del norte sirio, permiten contar con recursos para pagar combatientes y comprar armas. Incluso áreas agrícolas, que eran exportaban cereales, están en manos de grupos contrarios a Damasco. El principal beneficiario de la explotación de recursos, incluyendo el contrabando de piezas arqueológicas y la enorme economía informal bajo los grupos armados, es Turquía.

El régimen sirio tiene también un largo historial de violaciones a los derechos humanos. Canadá y Países Bajos se presentaron ante la Corte Internacional de Justicia para denunciar al régimen de Al Assad, alegando que viola la Convención Internacional contra la Tortura.  Las únicas víctimas de la guerra han sido los civiles. La comunidad internacional no ha hecho absolutamente nada por mitigar el sufrimiento de millones de sirios, que viven bajo el régimen de Assad como de los denominados grupos opositores.

El denominado Gobierno Interino Sirio, liderado por Abdurrahman Mustafa, anunció el lanzamiento de la Operación “Amanecer de la Libertad” contra el gobierno kurdo en el noroeste de Siria, apoyado indirectamente por Estados Unidos.  Esta ofensiva liderada por el Ejército Nacional Sirio, es abiertamente apoyado por Turquía, que considera terroristas al Partido de los Trabajadores de Kurdistán o PKK y las Fuerzas de Protección Popular o YPG, que a través de las Fuerzas Democráticas Sirias controlan el noroeste sirio.

Las fuerzas del SNA bloquearon la carretera que conecta Raqqa y Alepo.  Mientras tanto los combatientes kurdos cortaron las líneas de suministro de Irán con Siria y se considera probable que las Fuerzas Democráticas Sirias o SDF controladas por los kurdos dialoguen con Israel, posiblemente para buscar algún tipo de apoyo, no solo contra las fuerzas de Al Assad sino contra Turquía y la coalición de yihadistas que tiene contra las cuerdas al régimen de Damasco.  Los kurdos saben que Ankara busca alejarlos de la región donde habitan – desde hace siglos – y destruir sus organizaciones militares y políticas, al ser considerarlos una amenaza contra la seguridad de Turquía. El temor es que los grupos terroristas sirios inicien una campaña de limpieza étnica. Por ende, para los líderes kurdo sirios están ante una lucha por su existencia.

El avispero sirio y la complejidad de los intereses involucrados

Turquía históricamente mantuvo un conflicto con Siria por la cuestión de los kurdos, en atención que combatientes y activistas del PKK – considerado terrorista por Estados Unidos, Turquía y algunos países europeos – encontraban refugio. La tragedia del Estado Islámico o ISIS, que sembró el horror en Siria e Irak, y ser una amenaza para Occidente, impulsó a Washington apoyar a los kurdos contra el siniestro ISIS.  El régimen de los kurdos (denominado Administración Autónoma del Norte y Noreste de Siria) ha sido tolerante con minorías étnicas y religiosas, además del papel de la mujer que tiene esta etnia. Esto permitió crear un ambiente de estabilidad. Estados Unidos en su momento – durante la presidencia de Trump -  cedió a presiones turcas, habilitando la realización de una operación militar, para crear una zona de amortiguación, que no hizo más que debilitar de alguna manera a las SDF y crear un espacio para grupos islamistas.

La ofensiva de fines de noviembre de 2024, puso en evidencia las limitaciones del régimen de Damasco, muy dependiente de sus aliados ruso e iraní.  Los mandos sirios son elegidos por afinidad religiosa y política, más que su competencia profesional. Los ataques israelíes en el marco de la guerra que libra contra Hamas y Hezbollah, contra objetivos iraníes en Siria, redujo la presencia de mandos iraníes. Estos han sido vitales para la planificación y conducción de operaciones, además de proveer entrenamiento y equipamiento.  Hezbollah, ante la escalada de la guerra con Israel, redujo su presencia en Siria, sus bases se vieron afectadas por ataques israelíes y el bloqueo de los pasos fronterizos entre Siria y Líbano, ha impedido no solo la llegada de apoyo material iraní, sino también el envío de combatientes libaneses experimentados al frente sirio.  En Qatar, los titulares de exteriores de Irán, Rusia, Turquía, junto con representantes de Naciones Unidas, se reunieron para tratar la cuestión siria.

El ministro Abbas Araghchi, dijo a los periodistas después de la reunión que los participantes acordaron que el conflicto debe terminar y que se debe establecer un diálogo político entre el gobierno sirio y los "grupos legítimos de oposición". El día anterior, Araghchi se reunió con sus pares sirio e iraquí.  Mientras tanto desde Teherán se mantiene el discurso de movilizar fuerzas en apoyo a al Assad.  Al parecer todo queda en el plano de la retórica.  El régimen está expectante ante la situación del Líder Supremo, Alí Jamenei, gravemente enfermo y ello abre un conflicto detrás de bambalinas entre los potenciales sucesores y esto condiciona decisiones en el plano exterior.

El derrumbe de Al Assad, significa una ruptura para el “Eje de la Resistencia” que lidera Irán y lo aísla de Hezbollah, afectado por la muerte de gran parte de su liderazgo y optó por esperar por “tiempos mejores”. El citado grupo logró un precario cese del fuego, permitiendo mantener intacto gran parte de su arsenal y miles de combatientes, que seguramente cruzaron el Litani junto a millares de refugiados. Una victoria para Israel, aunque consideramos solo temporaria. Teherán está trabajando sobre el peor escenario y por eso busca mantener su presencia en Irak, evitando de esta manera el establecimiento de cualquier régimen hostil cerca de las fronteras.  El fin del Eje de la Resistencia, podrá llevar a Teherán acelerar los tiempos para tener su arma nuclear.

Rusia está presente en Siria con una serie de bases, destacándose la histórica base naval de Tartus. Su apoyo al régimen de Damasco, se debe ante nada por una razón geopolítica. En su momento por temor al establecimiento de una base de terroristas que se proyectara sobre su frontera meridional, especialmente en la compleja región del Cáucaso, motivó al Kremlin a intervenir. Esto permitió convertirse nuevamente en un actor de peso en el Próximo Oriente.  En el marco de la ofensiva yihadista, al parecer el apoyo ruso ha sido discreto.  No olvidemos que el sostén de los grupos que combaten a Damasco, es Turquía, país que aspira a ser parte de los BRICS y su aliado, Azerbaiyán, tiene relaciones cercanas con Moscú, y también aspira a ser parte del citado bloque. Es un tiempo de espera, es conocida la “paciencia estratégica” del Kremlin, donde las bases militares, especialmente la presencia rusa en Tartus, será una pieza clave en las negociaciones entre Rusia y Turquía, en un hipotético “días después” luego de la posible caída de Al Assad.

Estados Unidos, sin ninguna duda tiene un papel secundario. La Casa Blanca no puede censurar abiertamente a Turquía, al fin de cuentas, es su aliado en la OTAN. La comunidad de inteligencia estadounidense tenía conocimiento del inicio de la ofensiva y poco y nada ha hecho por asistir a sus aliados kurdos.  Trump desde su cuenta de X (ex Twitter) señaló claramente que el drama sirio “no es nuestra lucha” (¿un guiño a Turquía o Rusia?). Creemos que el presidente electo, toma no solo distancia de un conflicto donde Estados Unidos tuvo un rol relevante, sino que reduce su papel en el Próximo Oriente.  Washington viene cediendo terreno en esta región, como observamos su accionar en el conflicto que libra Israel con los grupos de Hamas y Hezbollah.

Turquía, ha realizado una fuerte apuesta.  Busca cambiar el régimen de Damasco, para colocar un gobierno afín a los intereses de Ankara, especialmente para impulsar el regreso de 3.5 millones de refugiados sirios que viven en el país, siendo un problema para Ankara, en lo económico y social, al convertirse en competidores en un mercado laboral siempre afectado por las fluctuaciones de la economía turca.  Los yihadistas, además son funcionales a la política turca sobre los kurdos y hemos visto la violenta represión que siempre desataron sobre este grupo. Los intereses económicos turcos se verán beneficiados aún más con el expolio de los recursos sirios. A pesar de la negativa turca, es muy probable, que la planificación e inteligencia de la operación lanzada por los grupos contrarios al régimen de Al Assad, haya sido provista por Ankara. Esto queda reflejado por el nivel de preparación, coordinación y el despliegue de importantes fuerzas, lo que exige una adecuada planificación logística. Esto solo puede ser provisto por militares profesionales (tanto turcos como de otros actores).

En el caso de Israel, es otro beneficiario potencial de la caída del Al Assad. Esto pondría fin al “Eje de la Resistencia” limitaría la posibilidad de Irán de asistir a Hezbollah, lo que permitiría imponer su propio orden en la región, acorde a sus intereses e imponer hechos consumados a su aliado estadounidense. El citado grupo libanés, se replegó y mantiene una capacidad mínima para seguir operando. La crisis siria, seguramente hizo saltar las alarmas y es posible que el precario cese del fuego se prolongue en el tiempo para esperar los acontecimientos en Damasco.  Israel seguramente ganará algo de tiempo, pero un gobierno en manos de los yihadistas, será factor de inseguridad.

La incapacidad de estos de gobernar, dado que es una coalición de grupos que en su momento combatieron entre sí, por ende, tenemos reservas sobre la capacidad de crear instituciones. Un escenario como el libio no pareciera ser descabellado. No olvidemos que los grupos islamistas sirios, son tan violentamente antiisraelíes como el régimen de al Assad, o tal vez más intolerantes. Además, ideológicamente están cerca del Hamas, agregándose la cercanía del gobierno de Erdogan con dicha organización palestina. Al Assad y su régimen, históricamente ha sido el “enemigo previsible” de Israel, situación que podría cambiar abruptamente con un régimen extremista islámico.  El repliegue de Irán de Siria, alimentará una mayor sensación de inseguridad y el temor como dijimos de apostar definitivamente por tener armas nucleares, será el gran desafío para la seguridad israelí.

La caída del régimen de Al Assad significará la salida de millares de sirios, especialmente de minorías étnicas y religiosas, dado que sus vidas correrán peligro con los extremistas cuando se hagan con el poder.  En las áreas que controlan es sabido de las persecuciones por razones políticas, religiosas y étnicas. La situación de la mujer sin ninguna se deteriorará gravemente. El enfrentamiento con los kurdos, será una realidad y el riesgo de un conflicto regional de mayor magnitud puede ser un escenario probable.  Estamos ante una potencial crisis humanitaria de magnitud, cuyas repercusiones se podrán extender a Europa.

Los grandes perdedores de la guerra, son los millones de sirios, que viven hace más de una década en un estado de guerra, en un país en ruinas, sin libertades y sujetos a constantes violaciones de derechos humanos, donde la única posibilidad de una vida mejor, es convertirse en exiliado o refugiado

Subscribe to Our Newsletter

Keep in touch with our news & offers