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Sahara Occidental Crisis de Guerguerat: La necesidad de una salida negociada

Sahara Occidental Crisis de Guerguerat. La necesidad de una salida negociada

En un área al sur del Sahara Occidental, en la zona conocida como Guerguerat, la Republica Saharaui, ha tomado la determinación de hacer valer sus fronteras, ante la flagrante violación por parte de Marruecos de medidas de seguridad establecidas en el frustrado Plan de Arreglo de 1991. La tensión reinante y una clara incapacidad de Naciones Unidas, abre la posibilidad para que la guerra sea una realidad.


Por: Jorge Alejandro Suárez Saponaro | Director de El Minuto para Argentina


El Plan de Paz de 1991, tuvo una serie de derivaciones, especialmente para preservar el alto el fuego y crear las condiciones para el referéndum sobre el destino del Sahara Occidental. En 1997, las partes firmaron el Acuerdo Militar, conocido como “Nro 1”. El mismo establece dos áreas restringidas. De 25 Km. al sur y 30 Km. al norte y oeste del muro militar marroquí (que tiene 2700 Km.).

En dichas áreas, quedó vedado el movimiento de tropas, uso de armas, introducción de éstas, como mejoras de infraestructura militar existente. El Acuerdo Militar establece una zona de Amortiguación de 5 Km.

al sur y Este del muro marroquí, donde existe una prohibición total de de uso de armas, despliegue de medios aéreos y terrestres, su violación no solo son infracciones al Acuerdo, sino al mismo Plan de Paz.

El Acuerdo tiene un vacío sobre actividades comerciales y civiles. En el Sudoeste del territorio saharaui, en la zona de Guerguerat, los marroquíes, en fecha posterior a la firma del Acuerdo Militar nro. 1, abrieron una brecha, en 2001, en el muro defensivo, con el intento de enlazar con el territorio mauritano, con una carretera, atravesando la franja de Amortiguación, ubicada en la zona controlada por la Republica Saharaui.

Naciones Unidas se opuso, por poner en riesgo el Plan de Paz, pero no se opuso a la realización de operaciones civiles y comerciales.

Esto ha sido motor de tensiones crecientes en las partes, destacándose la crisis de agosto de 2016, donde un equipo de combate mecanizado marroquí, se desplegó en la zona, en un intento de ocupar el área controlada por la Republica Saharaui, que llevo a esta a realizar actos de presencia en la ciudad abandonada de La Güera, donde fue izada la bandera, una clara demostración de soberanía.

Finalmente el intento marroquí de ocupar la zona controlada por la RASD, con el objetivo de llegar a La Güera, quedó frustrado. No obstante ello, el paso de Guerguerat, siguió controlado por Marruecos, dado la presión internacional que obligó al ejército saharaui replegarse.

El paso clandestino facilitado por Marruecos, es un área donde traficantes y contrabandistas, han prosperado, e incluso se considera una de las vías por las cuales el terrorismo que asola Malí, canaliza sus “negocios” vinculados con el narcotráfico, dado que en Guerguerat los controles, son muy laxos.

No cabe duda que esta brecha, con el comercio legal e ilegal, es una válvula de oxígeno, que contribuye a la economía de la zonas ocupadas por Marruecos, algo que incentiva la inmigración de colonos (algo prohibido por las Convenciones de Ginebra para los territorios bajo ocupación militar) y de alguna manera subsidia la ocupación.

Por este medio, productos agrícolas marroquíes al África Subsahariana. Se estima que por dicho paso ilegal, lo cruzan más de un centenar de camiones diariamente, y conecta las zonas ocupadas con África Occidental.

El 20 de octubre manifestantes saharauis, cerraron la brecha ilegal de Guerguerat, siendo un escenario de tensión con las fuerzas marroquíes en la zona. La MINURSO, la misión de paz, comunicó sobre movimientos de tropas en la zona marroquí, y más preciso en la Franja de Amortiguación, una clara violación flagrante al Acuerdo Militar, pero como es sabido, Marruecos actúa con absoluta impunidad, no ha pasado nada. Rabat amenazó con dispersar violentamente la protesta, sin ningún derecho hacerlo. Esto ha llevado al despliegue de medios de la MINURSO a la zona, donde pudo constatar la creciente militarización del lado marroquí.

La RASD ha desplegado una fuerza militar más discreta y ha hecho saber que cualquier acto contra los civiles que se manifiestan, como el avance a la zona controlada por los saharauis, sería considerado un acto de guerra. El mismo presidente Brahim Ghali inició una serie de acciones para ponerse en contacto con el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y puso el alerta máxima a las fuerzas del Ejército.

Mauritania ha tomado cartas en el asunto, como señaló el portavoz Sidi Ould Salem, de la cartera de exteriores de dicho país, el pasado 11 de noviembre de 2020. El objetivo es impulsar una salida negociada e impedir que el conflicto pase a un choque armado.

No cabe duda que el intenso tráfico comercial por Guerguerat favorece a la economía mauritana, dado que parte de la producción pesquera es exportada a España por esta peculiar vía. Un conflicto armado, sin ninguna duda abre las puertas a escenarios, donde otros actores buscarán infiltrarse, especialmente grupos yihadistas que operan en el Norte de Malí, esto afecta directamente la seguridad de Mauritania, con fronteras difíciles de controlar.

Asimismo, tengamos en cuenta que el escenario de una posible guerra, está cerca de la vía férrea que conecta las vitales minas de hierro con el principal puerto del país, Nuadibú, también muy cerca de la zona de conflicto. Ello motivó al despliegue disuasivo de elementos del ejército mauritano a 5 Km. de Guerguerat, en la localidad de Boulanouar.

Marruecos tiene como objetivo el expulsar a la República Saharaui de los territorios que controla, de esta manera romper con el aislamiento de las zonas ocupadas, cuyo “cordón umbilical” con el resto de África Occidental es este paso ilegal.

En los últimos años, la situación se ha ido deteriorando, ante la indiferencia manifiesta de la comunidad internacional. Rabat ha hecho una fuerte apuesta, gracias al generoso financiamiento de Arabia Saudita y Estados Unidos, ha reforzado sustancialmente sus capacidades militares, siendo posible el objetivo de largo plazo, resolver el conflicto del Sahara por la vía armada.

El invadir el resto del territorio saharaui, tiene como objetivo quitar el principal sustento jurídico sobre la existencia de un estado saharaui, el contar con un espacio territorial bajo su control.

Es por ello que hemos observado una sutil propaganda destinado hacer creer que las “Zonas Liberadas” son tierra de nadie, que desde el punto de vista de la realidad como jurídico carecen de sustento.

Las Zonas Liberadas, es el área controlada por la República Saharaui, sujeto en gran parte a limitaciones en materia militar, como consecuencia del Plan de Paz.

La República Saharaui ha logrado obtener cierta visibilidad internacional, la reacción de Mauritania, que ha iniciado negociaciones para evitar una escalada militar. Esta es la oportunidad para que las autoridades saharauis, logren en esa pequeña franja de cinco kilómetros que separa la zona ocupada por Marruecos con la frontera saharaui mauritana, establezcan algún tipo de presencia con un puesto policial/aduanero, buscando obtener algún tipo de beneficio económico, y por otro lado, el reconocimiento de que dicho espacio, no es “tierra de nadie”, sino un área desmilitarizada, pero bajo control soberano de la RASD.

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