La madrugada del martes, un operativo policial de gran envergadura desplegado en siete regiones del país dejó en evidencia la profundidad de la corrupción al interior de Gendarmería. La investigación, liderada por la Fiscalía Metropolitana Occidente, permitió la detención de 60 personas, de las cuales 44 corresponden a funcionarios activos de la institución penitenciaria.
El procedimiento —denominado “Operación Apocalipsis”— generó un fuerte impacto político e institucional. A tal punto que el Presidente Gabriel Boric anunció el impulso de una reforma constitucional a Gendarmería, orientada a separar sus funciones operativas.
Según explicó el Mandatario, la propuesta busca que Gendarmería pase a ser una institución de seguridad pública dependiente del Ministerio de Seguridad Pública, mientras que las labores de reinserción social quedarán bajo la órbita del Ministerio de Justicia, en un intento por cerrar espacios a prácticas irregulares.
El rol clave de los “manilleros” en la red de corrupción
Uno de los aspectos más reveladores de la investigación fue expuesto en un reportaje exclusivo de Teletrece Central, donde el periodista Alfonso Concha detalló el funcionamiento interno de la red corrupta, poniendo el foco en los llamados “manilleros”.
¿Quiénes son? Se trata de intermediarios encargados de ingresar a las cárceles encargos solicitados por internos, los que van desde alimentos hasta aparatos tecnológicos, drogas y otros elementos prohibidos.
Cómo operaba el sistema al interior de las cárceles
De acuerdo con los antecedentes recopilados por la fiscalía, un “jefe de manillas” recibía directamente los pedidos de los reclusos y coordinaba a los manilleros para adquirir e introducir los productos al penal, los cuales luego eran revendidos a precios inflados.
Un solo manillero podía llegar a contactar hasta 285 internos en una jornada, lo que revela la magnitud del negocio ilícito.
Para facilitar el ingreso de la mercadería, funcionarios de Gendarmería recibían pagos en efectivo, permitiendo el acceso sin fiscalización efectiva, según consta en escuchas telefónicas autorizadas judicialmente.
El precio de la corrupción: audios revelan cobros de hasta $250 mil
Uno de los elementos más comprometedores del caso es una interceptación telefónica exclusiva difundida por Teletrece, en la que dos manilleras conversan sobre los elevados montos exigidos por gendarmes para permitirles el ingreso a los recintos penitenciarios.
En el diálogo, una de ellas relata que en la cárcel Santiago 1, un funcionario estaría cobrando $250 mil pesos solo por dejarlas ingresar a vender productos.
La conversación evidencia cómo los precios habrían aumentado de manera generalizada y cómo, pese a ello, el negocio seguía operando bajo la lógica de que “el que quiere, paga”.
Un escándalo que reabre el debate sobre el control penitenciario
La Operación Apocalipsis no solo dejó decenas de detenidos, sino que también reinstaló el debate sobre el control del sistema penitenciario, la supervisión interna de Gendarmería y la permeabilidad de las cárceles frente al crimen organizado.
Mientras la investigación penal avanza, el Gobierno enfrenta el desafío de reconstruir la credibilidad de una institución clave para la seguridad pública, en medio de una de las mayores crisis internas que ha enfrentado Gendarmería en los últimos años.










