Por casi 50 años, el Estado chileno violó de manera sistemática los derechos humanos de miles de niños, niñas y adolescentes bajo su tutela. Hoy, los sobrevivientes exigen un Memorial que ilumine esa historia silenciada. Y ven en la obra LOVE, del escultor Alexander Milov, un símbolo perfecto de esa memoria pendiente.
Por Matías Orellana, sobreviviente del SENAME y Organismos Colaboradores del Estado
"Todos llevamos un niño dentro. Un niño que fue silenciado, olvidado, dañado. Un niño que quiere tender la mano, ser visto y amado. Pero en Chile, por casi 50 años, el Estado no sólo no lo vio: lo violentó y calló."
Así lo dicen los sobrevivientes del ex-SENAME, el sistema de protección que durante décadas ocultó bajo su cuidado las peores violaciones de derechos humanos contra la infancia más vulnerable de Chile.
Hoy, al borde de cumplir medio siglo de esta historia de horror y errores, y con casi 23 años desde que se solicitó el Memorial de la infancia en chile Fundación Ecam, egresados de residencias de menores y del Sename reclaman con fuerza y dignidad su lugar en la memoria del país. Y en esa lucha, encuentran en la escultura LOVE, del artista ucraniano Alexander Milov, el símbolo más profundo y conmovedor de lo que significaría un verdadero Memorial de la Infancia y la Familia en Chile.
Una historia de abuso silenciada
Desde la dictadura hasta nuestros días, las cifras estremecen:
- La ONU ha señalado que “el Estado chileno ha violado gravemente y de manera sistemática los derechos de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en centros de protección residencial”.
- Los Informes SENAME I y II, el INDH, el Poder Judicial y la PDI han documentado miles de casos de abuso sexual, tortura, tratos crueles, muertes impunes y negligencia extrema en hogares del Estado y organismos colaboradores.
"El Estado no solo violó nuestros derechos, sino que invisibilizó los horrores que nos hizo vivir. Los niños, niñas y adolescentes del SENAME hemos sido un pueblo sin memoria, sin reconocimiento, sin reparación", hemos señalado en Fundación Ecam.
Una obra que nos representa
Es en este contexto que los sobrevivientes han visto en LOVE una obra que, más allá del arte, les habla en lo más profundo de su experiencia.
La escultura, hecha con alambre, muestra dos figuras adultas sentadas de espaldas, atrapadas en estructuras rígidas, metálicas, desgastadas por el conflicto y el dolor. Pero dentro de cada adulto, brillan dos niños que intentan alcanzarse, tocarse las manos, reunirse en la pureza de lo que fueron y que nunca debió ser arrebatado.
"Cuando la noche cae, la estructura opaca desaparece y sólo los niños brillan, mostrando la luz de la esperanza y la humanidad que siempre persiste. Eso es lo que sentimos nosotros. Fuimos esos niños. Estuvimos atrapados en instituciones que quisieron rompernos. Pero seguimos aquí, buscando tender la mano a la sociedad, para que nos vea, nos reconozca y nos repare". Pero también durante 37 años hemos trabajado de forma ad-honorem en visibilizar y trabajar por los Niños, niñas y Adolescentes como usualmente la sociedad les llama, para nosotros “Nuestros Hermanos”
La obra de Alexander Milov, ha sido aclamada en todo el mundo por su capacidad de representar el conflicto entre el exterior endurecido y el niño interior que busca el contacto, la empatía, la reconciliación.
"Su brillo es un símbolo de pureza y sinceridad que une a las personas y da la oportunidad de reconciliarse cuando llega la oscuridad de los tiempos", escribió Milov sobre su propia obra.
El Memorial que Chile debe
Los sobrevivientes insisten: más allá de las comisiones, más allá de los decretos —que muchas veces se quedan en el papel—, Chile necesita un Memorial de la Infancia y la Familia que sea un hito público, visible, permanente, donde el país reconozca su deuda histórica y se comprometa con la no repetición.
"Por eso llevamos más de 23 años luchando por este Memorial. Y por eso creemos, hoy en día, que LOVE es la estructura que mejor podría representar este camino: no queremos odio, ni venganza, ni símbolos de muerte. Queremos un espacio que hable de luz, de pureza, de la necesidad de que nuestra sociedad escuche a esos niños interiores que fueron callados y silenciados a golpes".
En momentos en que Chile discute cómo reparar esta historia de horror —y cuando la Comisión de Verdad, Justicia y Reparación creada en 2024 genera escepticismo entre los sobrevivientes—, el llamado es claro:
"El Memorial es un acto de justicia simbólica, es un mensaje a la sociedad para que abrace a los niños que aún sufren en la oscuridad. Es también un compromiso con las nuevas generaciones: para que nunca más la infancia sea traicionada por el Estado que debía protegerla."
Una sociedad que debe mirar su reflejo
La obra de Milov tiene un efecto y una belleza hipnótica. Al anochecer, cuando la oscuridad envuelve el entorno, los niños interiores comienzan a brillar. La jaula de los adultos se desvanece. Liberando a ese niño hacia el universo y hacia la vida. El contacto, la ternura, la humanidad resplandecen.
"Así debería ser nuestra memoria. Que brille lo que nos conecta como seres humanos. Que la sociedad chilena mire su propia historia —por oscura que sea— y reconozca a los niños que fueron dañados en su nombre y con su silencio."
Por eso los sobrevivientes, insistimos en el Memorial que han impulsado por más de dos décadas se construya con esa estructura, con ese símbolo. Porque para ellos, como dice uno de los testimonios: “esa escultura somos nosotros. Es nuestra historia. Es nuestra herida. Y es nuestra esperanza.”
Conclusión
La obra LOVE nos enseña que incluso en la más profunda oscuridad, la luz de la infancia —la pureza, la esperanza, la humanidad— puede y debe brillar.
Que este Memorial sea esa luz. Que sea un símbolo vivo de verdad, justicia, reparación y, sobre todo, de conciencia colectiva. Hoy ese es el desafío que le planteamos a Chile: no repetir el pasado, abrazar el presente, proteger a la infancia, para que el futuro de nuestro país sea digno y humano. Porque los niños y niñas de hoy son el Chile del mañana. Y ninguna sociedad puede crecer con dignidad si no es capaz de mirar a los ojos a sus propios niños heridos. Hoy como miembro de Agrupación de Voces-exSename, buscamos ser liberados en parte de esas cadenas que tanto nos dañaron.