Ucrania: la hora de pagar los “favores” de Occidente

Jorge Suarez Saponaro
Jorge Suarez Saponaro
Columnista | Diario el Minuto

Ucrania: la hora de pagar los “favores” de Occidente

Los principales medios de comunicación, hicieron público las exigencias del presidente Donald Trump para seguir apoyando al gobierno de Kiev en la guerra que libra contra las fuerzas del Kremlin. La delicada situación que atraviesa Ucrania, llevó a ceder las exigencias de la Casa Blanca en materia de control de recursos estratégicos, a cambio de seguir sosteniendo el esfuero de guerra.

Por: Jorge Alejandro Suárez Saponaro | Director  de Diario El Minuto de Argentina

La guerra de Ucrania lleva tres años, donde Kiev a pesar de la copiosa ayuda occidental, tanto a nivel material, económico como de inteligencia, no logró recuperar el territorio perdido en el este y el sur frente a Rusia, más allá de algunas victorias tácticas, como el incursión de Kursk. Los altos niveles de corrupción, donde el Ministerio de Defensa ucraniano, está en el eje de la tormenta, desde hace un tiempo generó cuestionamientos y restricciones a la hora de transferir armamento avanzado, especialmente desde Europa Occidental (Transparencia Internacional situó a Ucrania en el puesto 104 de 180 estados relevados). En el prestigioso medio Foreign Policy, en 2024, señaló de la compra de 100.000 proyectiles de mortero nunca llegaron a las agobiadas tropas ucraniana en el frente, como también la adquisición a precios exorbitantes de vestuario para el invierno. En enero de 2024 el presidente Zelensky despidió a los responsables del reclutamiento militar, dado la existencia de favoritismos, donde a muchos se les permitía quedar exentos del servicio a cambio de sobornos.

Las fuerzas ucranianas, deben lidiar con las deserciones, estimándose en decenas de miles. En octubre de 2024, unos 30.000 hombres fueron procesados por deserción. Las condenas van desde los cinco a doce años de prisión. Pero los condenados prefieren esta opción antes que volver al frente y prestar servicio por tiempo indefinido. En 2023, el diario británico The Times informó que entre enero y septiembre de dicho año, la fiscalía general ucraniana procesó a más de 50.000 ucranianos por deserción.

La ley de movilización de 2022 no fija límites de tiempo para prestar servicio. Miles de soldados se ven agotados por las condiciones de servicio, la dureza del frente. Fuentes no oficiales hablan que Ucrania perdió en estos tres años de guerra unos 80.000 soldados, a ello se agrega la fuerte presión sometida por los soldados ucranianos ante la superioridad numérica de los rusos. A diferencia de las fuerzas del Kremlin, que tiene un aceitado sistema de rotación, los ucranianos muchas veces se ven obligados a permanecer pot tiempo indeterminado en el frente, con frecuentes cancelaciones para ir ver a sus familias.

Los soldados ucranianos tienen que lidiar con escasez de equipamiento, falta de municiones. El gobierno ucraniano culpa a sus aliados por la lentitud de la ayuda, las limitaciones, muchas veces impuestas por connotaciones políticas. Mientras que Estados Unidos y sus aliados europeos ponen en tela de juicio el destino de la ayuda y los frecuentes escándalos de corrupción que sacuden al Ministerio de Defensa. La ayuda europea en estos tres años de guerra, se estima en unos US$ 124.000 millones y la de Estados Unidos, unos US$ 128.000 millones (tanto ayuda militar como humanitaria). No cabe duda sin el apoyo occidental, Ucrania se hubiera derrumbado en poco tiempo.

La ley reclutamiento ucraniana, estableció un rango de edad de 25 a 60 años y el presidente Zelensky señaló de 3.5 millones de hombres aptos para prestar servicio, se precisan 500.000 soldados por año. Una elevada cifra dificil de sostener desde lo económico, por ello, la fuerte dependencia de Kiev de sus aliados. En las fronteras, se han tomado medidas para retringir la salida de hombres en edad militar y la policía a nivel nacional lanza redadas para identificar pasos ilegales e identificar a evasores del servicio militar. En 2023 unos 20.000 jóvenes habían huido de Ucrania para no ir a la guerra. Esto generó un lucrativo negocio, no solo para obtener certificados médicos falsos, identificaciones, sino también redes de contrabando, que ayudan a evadir los controles fronterizos.

La falta de confianza en la clase política ucraniana, se traduce en las reticiencias de los europeos. Expertos de la OTAN participaron activamente a mejorar el sistema de compras de defensa, agregándose las exigencias de un mayor control civil sobre las fuerzas armadas. En enero de 2025, la Oficina Anticorrupción, inició una investigación al titular de defensa ucraniano, Rustem Umerov, por abuso de poder relativo a los cambios que impuso a las agencias de adquisiciones y gestión logística. Un comunicado de los embajadores de los países del G 7 solicitó dar una pronta solución al asunto y mejorar la calidad de la gobernanza en Ucrania.

Los dolores de cabeza no terminan ahí para el presidente Zelensky. Las reformas impulsadas por Trump, donde la histórica agencia estadounidense de ayuda internacional, conocida por sus siglas en inglés, USAID, su destino es su liquidación, trajo aparejado serios problemas para Ucrania, país muy dependiente de la asistencia de dicha organización. Desde el estallido de la guerra, la agencia, proporcióno asistencia valuada en unos US$ 37.000 millones. Por ejemplo, el Centro de Veteranos, una ONG que dependía fuertemente de la ayuda de la USAID, dejó de funcionar por una semana. Dicha entidad atiende 400 llamados diarios, asiste a familiares y veteranos en su reinserción a la vida civil. La lucha contra el SIDA/VIH, problema de salud, donde Ucrania, tiene los índices más elevados de Europa, también se vio afectado por el corte abrupto de la asistencia de Estados Unidos. Esto se agrava, por que el estado ucraniano no tiene mucha presencia en el tema y esto recae en diversas ONG.

La ayuda estadounidense ha sido vital en la puesta en amrcha de servicios de salud en localidades que fueron recuperadas por las fuerzas ucranianas o las que están cerca del frente, siendo sometidas a una intensa presión de los rusos. Programas asistenciales vinculados a la educación y protección de la infancia se vieron afectados. Subcontratistas de la USAID en Ucrania, se ven preocupados por el corte de programas de capacitación, especialmente para gestionar programas sociales, administración local y lucha contra la corrupción.

El presidente ucraniano mira con cierta esperanza a los europeos, ante la decisión de la Casa Blanca de iniciar conversiones formales con Rusia en Arabia Saudita, para una alcanzar la paz en Ucrania. Temeroso Zelensky de un “diktat”. El jefe de estado ucraniano, en la Conferencia de Seguridad de Munich, en su discurso expresó: “Hace unos días, el presidente Trump me contó sobre su conversación con Putin. Ni una sola vez mencionó que Estados Unidos necesita a Europa en esa mesa. Eso dice mucho”. Horas antes el enviado estadounidense para Ucrania, Keith Kellogg dejó en claro que en la mesa de negociaciones de paz, Ucrania estaría presente, pero no los aliados europeos de la OTAN. Zelensky reclamó por una fuerza militar europea, ante un escenario en el cual Estados Unidos retiraría su ayuda militar a Europa y en declaraciones sobre el acercamiento Moscú – Washington, el líder ucraniano subió la apuesta y dijo: “Ucrania nunca aceptará acuerdos realizados a nuestras espaldas sin nuestra participación. Y la misma regla debería aplicarse a toda Europa”. La gran pregunta, si Ucrania está en capacidad de rechazar una imposición del principal sostenedor de su esfuerzo de guerra. El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dejó en claro que volver a las fronteras que reclama Ucrania previo a 2014, es un objetivo poco realista. Mientras tanto, el primer ministro polaco, Donald Tusk, reclamó que Europa debe lanzar un “plan de acción” y evitar que otros actores globales decidan sobre el futuro de Ucrania y los europeos.

Cobrando los favores recibidos.

Los ucranianos, a la hora de escribir esta nota, están llevando a cabo negociaciones con Estados Unidos por la cuestión de las tierras raras. Se estima que el país tiene el 5% de las reservas de minerales críticos, grandes reservas de grafito, de importancia vital para producir baterías para automóviles. No obstante, los rusos controlan la mayor parte de las reservas de “tierras raras” y carbón. La Yulia Svyrydenko, ministra de Economía de Ucrania, señala que están valuadas en US$ 350.000 millones. Otras fuentes señalan que Rusia controla el 60% de las reservas de carbón ucranianas la mitad de sus depósitos de manganeso, cesio, tantalio y tierras raras.

Distintos medios internacionales señalaron que el borrador del pacto que reclama Trump, exige que Ucrania pague 2 dólares por cada dólar de ayuda que Estados Unidos ha enviado a Kiev para hacer frente a la invasión rusa, aunque los detalles del posible acuerdo no han sido revelados. El objetivo que en pocos dias el acuerdo esté firmado. El Enviado Especial de Washington Witkoff dijo en un programa de la CNN, que el apoyo estadounidense a Ucrania sin condiciones de pago "no tenía sentido" para el presidente Donald Trump. Kiev se aferra a los acuerdos sostenidos con el ex presidente Biden y el Congreso, por el cual entiende que las subvenciones no son préstamos. No solo en este punto Trump tiene otra lectura, sino también en el monto de la asistencia, dado que el presidente estadounidense habla de US$ 500.000 millones, desementido por Zelensky, diciendo que la cifra de asistencia de Estados Unidos en estos años rondaba unos US$ 100.000 millones. Más allá de la guerra de narrativas, donde el líder estadounidense es un experto, lanzó una ofensiva para imponer sus condiciones a Kiev y dejar en claro quién tiene la última palabra en el conflicto.

Trump es conocedor de la dependencia que tiene su país sobre las tierras raras de China, nación que controla el 75% de las reservas globales y ve en Ucrania, sumamente vulnerable por la dependencia de la ayuda occidental, la oportunidad de imponer condiciones y romper con dicha dependencia. En este complejo panorama, otro personaje hábil en “guerra de narrativas”, Putin, subió la apuesta al ofrecer la posibilidad de generar algún mecanismo de cooperación con Estados Unidos en materia de tierras raras, dejando la puerta abierta que incluye a los territorios ocupados del este de Ucrania en este hipotético escenario de colaboración.

Zelensky navega en aguas realmente turbulentas. Soportó el exabrupto de Trump de acusarlo de dictador, como quedó reflejado en su red social Truth al decir que el jefe de estado ucraniano: "Se niega a celebrar elecciones, ocupa un lugar muy bajo en las encuestas ucranianas y lo único que se le daba bien era jugar con Biden". El presidente estadounidense fiel a su estilo, golpea fuerte en la mesa, busca desgastar, obtener una mayor centralidad en los medios de comunicación, además de reforzar su posición en los sectores incondicionales del electorado. Una vez obtenida una cierta posición de fuerza, Trump inicia una dura negociación, basada en la presión y porque no cierta coacción. No cabe duda que quiere mostrarse como el hombre que trajo la paz a Ucrania y le ahorró miles de millones de dólares al contribuyente estadounidense. Por otro lado, posiblemente tenga que también “devolver favores” a intereses económicos que le apoyarn en la campaña presidencial y la explotación de recursos en Ucrania, ofrece una interesante oportunidad para saldar dicha deuda.

Las malas noticias siguen llegando a Kiev, esta vez desde el ámbito de las Naciones Unidas. En la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad, la diplomacia estadounidense logró que no se condenara abiertamente a Rusia. En el seno de la Asamblea General, el texto presentado por Estados Unidos, no llegó a buen puerto, los europeos lograron condenar la invasión rusa, para sorpresa de Ucrania, Washington votó en contra junto a Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia, Sudán, Hungría y 11 estados, además de 65 abstenciones.

La Unión Euopea es otro de los “marginados” por la nueva estrategia de la Casa Blanca en relación a Ucrania. Kajas Kallas, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, hizo saber en una rueda de prensa la posición de Europa en relación a los cambios que busca imponer Washigton: "No hay nada sobre Ucrania sin Ucrania y también nada sobre Europa sin Europa. Estos son también los mensajes que estamos dando a nuestros homólogos de Estados Unidos” y finalmente agregó: "un mal acuerdo para Ucrania es un mal acuerdo para Europa, pero también es un mal acuerdo para Estados Unidos”. A pesar de estas declaraciones, los europeos tienen sus diferencias en su abordaje sobre la guerra de Ucrania y las relaciones con Rusia, ejemplo de ello, es la postura de Hungría y la continuidad de la depedencia energética del Kremlin. El presidente francés Emmanuel Macron, en su visita a Washigton, busca un consenso con Estados Unidos para no dejar afuera a los europeos en un proceso de paz en Ucrania.

A nuestro entender, Estados Unidos busca salir del atolladero ucraniano, por razones de política interna como también externa. Por un lado, están los intereses políticos del presidente Trump, que en base a su narrativa, buscará tener un papel central y capitalizarlo puertas adentro a su favor. Sabe que muchos de sus votantes, no quieren que el dinero de los contribuyentes sean empleados para dicho conflicto. una encuesta publicada el 8 de mayo de 2024 realizada por el Pew Research Center, el 49 % de los republicanos encuestados dijo que Washington estaba gastando demasiado en Ucrania, en comparación con el 17 % de los votantes demócratas. El presidente norteamericano, viendo la postura endeble de Zelensky, presiona y busca un acuerdo económico desigual, para mostrar que de alguna manera Estados Unidos recuperará el dinero invertido en Kiev, mostrándolo seguramente como una gran victoria generando beneficios a los norteamericanos – posiblemente más que nada a poderosos intereses económicos – y reducir la dependencia de China respecto a las tierras raras. El dejar afuera a los socios europeos, tiene que ver con mostrar que Estados Unidos recuperó su papel de gran potencia, siguiendo el lema “Make America Great Again” y por ende no debe admitir condicionamiento alguno. Todo esto direccionado a la narrativa puertas adentro. Recuerda de alguna manera a la postura de Nixon en la Conferencia de Paz de París por Vietnam, donde la presión del frente interno, marcó la necesidad de una estrategia de salida de dicho conflicto, evitando mostrarla como una derrota y evitar decirles a los sudvietnamitas que les estaban soltando la mano definitivamente.

En el plano externo, la prioridad para el presidente Trump es China y el esfuerzo debe centrarse en el Pacífico. Aunque no lo reconozca abiertamente, el lider norteamericano, sabe que su país ha perdido espacios estos últimos tiempos, agregándose una sociedad que muestra una creciente oposición a que el país destine abultadas cifras para el frente externo y cuestiones más profundas que se vinculan con el pensamiento de los neoconservadores. Estos consideran que los Estados Unidos son la primera y la única nación universal que existe. Sustentado en el Destino Manifiesto, traducido en una suerte de “misión sagrada” a escala global y por ende la nación estadounidense. Los neoconservadores instalaron la idea de lo que es bueno para Estados Unidos, lo es para el mundo. Esto se traduce en el unilateralismo de Washington, dejando de lado cualquier restricción o sometimiento que impone el Derecho Internacional.

Ucrania está en una situación dificil. Zelensky está aferrado a un espejismo derivados de las promesas de líderes europeos, de carácter más voluntarista que real. Estados Unidos, no lo trata como aliado, sino como un país satélite y abiertamente Trump se lo hizo saber, que la relación entre Kiev y Washington, no es de “iguales”. Los ucranianos tal vez, deberían tomar nota de las lecciones de la historia, especialmente en el caso de Finlandia, cuando se vio obligada a concertar la paz con la Unión Soviética, siendo el “inquilino” del Kremlin, un personaje como Stalin. Helsinki cedió el 10% del territorio, incluyendo el estratégico acceso al Ártico y las minas de níquel, ceder facilidades para bases militares soviéticas y la imposición de un régimen de neutralidad. Los finlandeses a pesar de las exigencias de Moscú, conservaron la independencia y su régimen democrático. Un tratado de paz y amistad reguló las relaciones entre soviéticos y finlandeses. Más allá del resultado del conflicto, de algo tenemos certeza, de alguna u otra manera, los favores de las potencias occidentales serán pagados por los ucranianos, condicionando su independencia como nación, por un largo tiempo.

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