Desde la guerra civil (1861-1865) EE.UU., no presentaba una polarización política nacional tan vehemente como la protagonizada actualmente por demócratas y republicanos a través de las figuras de Joe Biden y Donald Trump en una campaña electoral. El autor del presente artículo estuvo en Nueva York el 2016 durante la pugna Trump-Clinton que ganó el primero, y también estuvo en Atlanta después del primer debate Trump-Biden. Ahora, analiza la implicancia del suceso ocurrido en el condado de Butler el sábado 13 de julio en Pensilvania y la lucha de intereses de poder de grupos, más que una forjada por diferencias ideológicas.
Por Gary Ayala, Director de El Minuto en Perú
El momento del ataque contra Trump (18:15) cuando brindaba cifras referidas a los cruces fronterizos de la inmigración sobre territorio norteamericano, marcó una etapa en el destino de la nación respecto a quien sería el próximo presidente de los EE.UU. Los proyectiles disparados por el sujeto identificado por el FBI como presunto atacante, Thomas Matthew Crooks (20) contra Donald Trump, no lograron felizmente el objetivo de asesinarlo; contrariamente, lo empoderaron en su camino hacia la Casa Blanca.
El intento de magnicidio, ha sido respondido con una resonancia mundial de condena de parte de jefes de Estado, primeros ministros, representantes de organismos multilaterales y organizaciones de índole religiosa y regional quienes expresaron un rechazo frente a la violencia y la ruptura del estado de derecho. La diplomacia del mundo proclamó el pacifismo, pero… qué ocurre con las denominadas élites de poder, o más específicamente con los grupos globalistas a quienes se acusa de querer concentrar el dominio planetario.
Un primer debate revelador
Cabe traer ahora el primer encuentro entre Biden y Trump, organizado por la CNN el jueves 27 de junio de este 2024 en Atlanta, donde expusieron sus ideas y las debatieron en el marco de la campaña electoral. La guerra entre Rusia y Ucrania fue un tema medular del debate que marcó no solo el destino de las pretensiones de dos aspirantes al cargo presidencial de los EE.UU., sino el verdadero objetivo encerrado en esa aparente carrera electoral donde grupos hegemónicos -al parecer- reciben de la guerra una altísima rentabilidad con la industria armamentista, protagonismo mundial mediático y control sobre países en bloques continentales como América del Norte y la Unión Europea.
Allí, Donald Trump afirmó sobre el tema Rusia-Ucrania: “Esta es una guerra que jamás debió estallar porque si hubiéramos tenido un verdadero líder esto no habría ocurrido. Imagínese, le ha dado más de cien mil millones de dólares a Ucrania, un dineral, nunca se había visto algo así. Cuando viene Zelensky, viene por dinero y se lleva lo que quiere, es un vendedor tremendo” (…) “Yo voy a hacer que lleguen a un arreglo, Putin y Zelensky. Se los aseguro, yo voy a hacer que se acabe esa guerra porque muchísima gente ha muerto de manera innecesaria y estúpida…”. ¿Quiénes perderían con la paz?
Luego de ello, Volodímir Zelensky, invitó a Trump a viajar a Ucrania, a Kiev, para mostrarle el escenario in situ. Dijo que le parecía peligroso eso de que podía acabar la guerra en 24 horas ya que el ex presidente tomaría decisiones por su cuenta. “Si dice esto públicamente, da un poco de miedo. Aunque he visto muchas y muchas víctimas, esto realmente me pone muy tenso. Porque significa que si su idea -de la que nadie ha oído hablar- si su idea no funciona para nosotros, para nuestro pueblo, entonces él hará todo lo posible para lograr la aplicación de su idea, cueste lo que cueste...”.
Por su parte, Vladimir Putin, en una posterior conferencia respondió: “El hecho de que el señor Trump, candidato presidencial, dice que está listo y quiere parar la guerra de Ucrania, lo tomamos muy en serio. Bueno, no he visto sus ideas sobre cómo exactamente va a hacer eso, y esa es la pregunta clave, pero no tengo duda que lo dice con sinceridad, y nosotros lo apoyamos”.
Las declaraciones de los dos líderes principales de la guerra ruso-ucraniana ante las afirmaciones de Trump en aquel debate, son muy explícitas y contrarias como la propia guerra. Mientras, a Putin le brindó esperanza de paz y le permitió la oportunidad de dar su apoyo a Trump, a Zelensky le generó temor y desconfianza.
Algo que merece recordar también es la encuesta nacional realizada al final del primer debate entre los contendores en Atlanta donde se obtuvo que Trump tuvo una superior participación en proporción del 67% frente al 33% de su oponente. La encuesta se realizó entre 565 votantes reclutados mediante técnicas de muestreo probabilístico, los resultados fueron muy diferentes al debate realizado en el año 2020 cuando los resultados favorecieron a Biden. ¿Un anuncio de triunfo para Trump el próximo 5 de noviembre?
La ratificación de la candidatura de Trump en la Convención Nacional Republicana ha permanecido asegurada y ganada sin duda alguna; pero la ratificación de la candidatura de Biden en la próxima Convención del Partido Demócrata que se iniciará el 19 de agosto mantiene especulaciones sobre un posible reemplazo debido a la baja performance de Biden y el creciente rumor sobre su inestabilidad mental. Jill Biden, su esposa, es incluso muy criticada por diversos sectores de la ciudadanía que cuestionan su influencia en las determinaciones de gobierno de su esposo.
¿Teorías de Conspiración?
No han faltado voces que han expresado en redes sus dudas sobre el hecho fáctico del sábado 13: ¿Por qué los espectadores detrás de Trump no huyeron despavoridos del lugar y algunos permanecieron sentados y parados? ¿Por qué los agentes del Servicio Secreto de los EE.UU., tardaron en llegar para proteger la integridad física de Trump? ¿Cómo se dejó una azotea libre con factibilidad de tiro francotirador a solo 125 metros del lugar del orador? ¿Por qué Trump no reaccionó con shock ante el atentado, sino que se mostró encorajinado y con gesto triunfal? ¿Fue un día extraño donde erró primero el sistema de inteligencia nacional y después el francotirador? Y màs.
Expectativa mundial
El cierre del paso a Marine Le Pen para alcanzar la mayoría absoluta en las elecciones para la Asamblea Nacional en Francia significó una desazón para Trump y Putin, ella constituía una aliada en la Unión Europea alineada al pensamiento anti globalista, a la defensa de la identidad histórica y sociocultural de los pueblos, principalmente de Occidente. Coincidía en el freno a corrientes como el LGTBI, e incluso frente al despliegue estratégico y territorial de la OTAN ante Rusia. En este sentido, Trump, es una esperanza para quienes cultivan ese enfoque.
La guerra Rusia-Ucrania puede estar más interiorizada en el proceso electoral norteamericano de lo aparente. Se ha anunciado a través de grandes medios que las acciones bélicas en esos territorios tienen para mucho tiempo. El gobierno ucraniano requiere contar con más hombres para operar las armas de guerra y admite la llegada de voluntarios incluso de América Latina. En Europa existe la precaución de no comprometer la participación de sus países ya que no pueden ingresar a esta guerra de acuerdo a los términos de la OTAN, entonces, el gobierno de Kiev convoca a los ucranianos en el mundo a retornar a Ucrania para enrolarse en su país.
La paz del mundo siempre ha sido un ideal en todos los tiempos y también las guerras han definido el devenir de los pueblos. No obstante, el sistema democrático como estilo de sociedad permanece como la mejor opción, esperemos que dentro de sus márgenes se desarrollen las elecciones de los EE.UU. -principal potencia mundial que debe redefinir sus relaciones de desarrollo conjunto con el hemisferio sur- y que la convivencia en la comunidad internacional fortalezca sus mecanismos para la pacificación.