Zangi: la app "fantasma" que usan los narcos, secuestradores y extorsionadores en Chile

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Oed Marcelo Bustamante
Oed Marcelo Bustamante
Columnista | Diario el Minuto

La plataforma que prometía anonimato y seguridad hoy es una herramienta clave del crimen organizado. En Chile y Argentina ya aparece en causas por secuestros, asesinatos y transmisiones en vivo de crímenes.

Una app desconocida que se convirtió en el refugio del crimen

No es WhatsApp, ni Telegram, ni Signal. Se llama Zangi, una aplicación que se presenta como la opción más “segura y privada” para comunicarse, pero que en los últimos meses se ha transformado en el nuevo canal de comunicación del crimen organizado en América Latina.
Investigaciones en Chile, Argentina y Perú vinculan su uso con secuestros, extorsiones y asesinatos encargados por bandas transnacionales, incluyendo al temido Tren de Aragua.

Según fuentes de la Fiscalía de Chile, esta aplicación ha sido detectada en operativos vinculados a secuestros en Estación Central y otras comunas del país. En todos los casos, los criminales daban la misma instrucción: “Viejo, descárgate Zangi, toda la comunicación ahora será por ahí.”

Del anonimato al horror: el triple homicidio transmitido en vivo

Una transmisión en vivo que horrorizó a Buenos Aires

En octubre, un hecho estremeció a Argentina: tres jóvenes fueron asesinadas por una banda narco que las acusó de haber robado droga. El crimen fue coordinado a través de Zangi y, lo más espeluznante, transmitido en vivo a más de 40 integrantes del grupo.
El caso encendió las alarmas de las autoridades y dejó al descubierto la facilidad con que esta aplicación permite difundir actos violentos sin rastreo inmediato.

“Básicamente es un sistema de mensajería cifrado con mecanismos de autodestrucción de información. Eso complica las investigaciones”, explicó Ignacio Castillo, director de Crimen Organizado de la Fiscalía chilena.

Cómo funciona Zangi y por qué atrae a los delincuentes

 Privacidad extrema y huella mínima

Zangi nació en Silicon Valley y fue desarrollada por un equipo de origen armenio. Su propuesta: ofrecer cifrado de extremo a extremo, llamadas privadas, chats grupales y mensajería anónima sin registro telefónico visible.
Estas características, que para un ciudadano común pueden representar seguridad, se convirtieron en el paraíso de las bandas criminales.

A diferencia de otras apps, Zangi no requiere vincular un número telefónico y permite crear cuentas temporales. Esto reduce la trazabilidad y dificulta la intervención judicial.

Lo que los delincuentes ignoran: el anonimato no es total

El consultor digital Oed Marcelo advierte que la seguridad prometida por Zangi no es infalible:

“Aunque ofrece privacidad, los rastros existen. Las suscripciones premium se pagan con tarjeta, y esa tarjeta está asociada a una cuenta. Además, la instalación deja huella digital: direcciones IP, dispositivos, correos temporales. Todo deja rastro.”

En términos simples, la huella digital siempre existe, y los peritos informáticos pueden reconstruir la cadena de uso mediante análisis forense y cooperación internacional.

 Zangi en Chile: del secuestro a la extorsión

Las investigaciones de la Fiscalía Metropolitana revelan que bandas que operaban desde cárceles o comunas del Gran Santiago utilizaban la app para coordinar secuestros y chantajes.
Uno de los casos más graves ocurrió cuando un integrante del Tren de Aragua ordenó “misionar” —término que significa asesinar— a uno de sus subalternos mediante una llamada por Zangi.

Además, las autoridades han detectado su uso en extorsiones telefónicas a emprendedores y familias, quienes reciben amenazas de secuestro o daño físico si no entregan dinero. En la mayoría de los casos, los mensajes provienen de números extranjeros o cuentas sin registro visible.

Cómo evitar ser víctima de extorsión o ciberchantaje

 1. No respondas ni entregues datos personales

Si recibes un mensaje o llamada sospechosa —por Zangi, WhatsApp o cualquier otra app— no entregues nombres, direcciones ni información bancaria. Los delincuentes usan tácticas de miedo para obtener datos sensibles.

2. Bloquea y reporta inmediatamente

Bloquea al contacto y reporta el número o usuario en la app y en la Policía de Investigaciones (PDI) o la Fiscalía local. Guarda capturas de pantalla como evidencia.

 3. No realices pagos ni transferencias

Ninguna autoridad o empresa seria exige pagos vía aplicaciones de mensajería. Si te amenazan con secuestros o filtraciones, no transfieras dinero. Busca ayuda policial o legal de inmediato.

 4. Refuerza tu seguridad digital

  • Usa contraseñas seguras y cambia tus claves con frecuencia.

  • Activa la verificación en dos pasos en todas tus apps.

  • Evita descargar aplicaciones fuera de Google Play o App Store.

  • Instala un antivirus actualizado y controla los permisos de las apps.

 5. Educa y conversa con tu entorno

Advierte a tus familiares —especialmente adultos mayores y adolescentes— sobre los riesgos de aplicaciones de mensajería anónimas. La prevención es la mejor defensa.

 Conclusión: la privacidad no puede ser un escudo para el crimen

Zangi nació con el propósito de proteger la privacidad de los usuarios, pero hoy es usada como una herramienta de impunidad por redes criminales.
El desafío para los Estados es encontrar el equilibrio entre la libertad digital y la seguridad pública, fortaleciendo las capacidades de investigación y educación ciudadana.

Mientras tanto, la conciencia digital sigue siendo la primera línea de defensa frente a un mundo donde los delincuentes también evolucionan tecnológicamente.

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