La paz para los palestinos ¿más de lo mismo?

La paz para los palestinos ¿más de lo mismo?
Jorge Suarez Saponaro
Jorge Suarez Saponaro
Columnista | Diario el Minuto

La paz para los palestinos ¿más de lo mismo?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso una idea extravagante de convertir la pauperizada Franja de Gaza en una suerte de “Riviera del Orietne Medio” y relocalizar a los palestinos, como solución a la situación en dicho territorio. Los gobiernos árabes reaccionaron mostrando su oposición y en la reciente cumbre de El Cairo del 5 de marzo de 2025, fue aprobada la propuesta sobre la reconstrucción de Gaza.

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro | Columnista Diario El Minuto

La Liga Árabe aprobó en El Cairo un plan de reconstrucción de la Franja de Gaza y el retorno a la misma de la Autoridad Nacional Palestina, excluyendo al grupo Hamas, sin mecionarlo abiertamente. Los estados árabes acordaron crear un fondo de reconstrucción, luego de 15 meses de guerra entre Israel y la citada organización extremista palestina. Egipto presentó un plan de cinco años – coincidente con las estimaciones de la ONU – para reconstrucción Gaza por un monto de US$ 53.000 millones.

El titular de exteriores egipcio Badr Abdelatty, en una rueda de prensa señaló que buscaré el apoyo de otos países islámicos, en el marco de la cumbre prevista en la ciudad saudita de Yeda, de la Organización para la Cooperación Islámica. El presidente palestino Mahmoud Abbas, en la reunión de El Cairo dijo: “El Estado de Palestina asumirá su responsabilidad en la Franja de Gaza a través de sus instituciones gubernamentales y se formó un comité de trabajo con ese fin.” Incluso prometió celebrar elecciones en los territorios palestinos, si “se dan las condiciones”. El gobierno israelí no tardó en criticar el plan y señalar la dependencia que tienen los palestinos de la ayuda internacional, especialmente de la agencia de la ONU especializada, la UNRWA, como consta en un comunicado del Ministerio de Exteriores de Israel: “Ambos han demostrado repetidamente corrupción, apoyo al terrorismo e incapacidad en resolver el problema”.

La Cumbre Árabe fue crítica con la propuesta de Trump, donde en su comunicado señala rechaza "cualquier intento inmoral de desplazar al pueblo palestino o (...) de anexionar una parte de los territorios ocupados". La propuesta poco realista del presidente estadounidense, surge de su estilo de hacer política, donde siempre busca estar en el centro de la escena, y la clave de ello, es la polémica o la confrontación. Detrás de la idea peregrina de una “Riviera del Oriente Medio”, Donald Trump, buscaba la reacción de los estados árabes, que mantuvieron desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas un posición neutral, evitando asumir compromisos políticos. Finalmente la Liga Árabe, con liderazgo egipcio, tomó cartas en el asunto, volviendo la cuestión palestina a tener un papel central que hacia tiempo no lo tenía.

El plan egipcio prevé una etapa preliminar de recolección de escombros, desminado, construcción de viviendas temporales para 1.5 millones de palestinos que se vieron obligados a salir de sus hogares por las operaciones militares. Posteriormente se establecen dos fases, destinadas a la reconstuccción de viviendas, prestación de servicios básicos, construcción de un puerto y aeropuerto. El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, brindó su apoyo total al proyecto.

Hamas rechazó la idea de “desmilitarizar” el territorio como exige Israel, lo que pone en entredicho el plan de la Liga Árabe. “Las armas de la resistencia son una línea roja […], una cuestión no negociable”, declaró ante la agencia AFP uno de los jefes del grupo, Sami Abu Zuhri. “Cualquier conversación sobre la deportación de los combatientes de la resistencia o de nuestro pueblo será rechazada”. Esto genera mayores dudas sobre la posibilidad que la Autoridad Palestina, pueda retornar al territorio del cual fue expulsada en 2006 por los extremistas de Hamas y Yihad Islámica Palestina.

El plan “egipcio”: ¿realidad o declaración de buena voluntad?

La crisis de Gaza, impacta directamente a Egipto, dado que Hamas tiene vinculaciones con los Hermanos Musulmanes, poderosa organización islamista en el país del Nilo, que a pesar de estar en la ilegalidad, tiene su gravitación en la política y sociedad egipcia. La guerra desatada el 7 de octubre de 2023, se extendió más allá de la Franja de Gaza, con intervnción directa del denominado Eje de la Resistencia, liderado por Irán, donde el gobierno yemeni controlado por los “hutíes” generaron serios problemas al tráfico marítimo en el Mar Rojo, afectando directamente al Canal de Suez, una de las principales fuentes de recursos de Egipto; la caída del turismo; el cese de las exportaciones egipcias de gas a Israel, fueron duros golpes para la economía egipcia que viene de hace un tiempo con dificultades importantes. El país tiene una pesada herencia social,. agravada por la explosión demográfica generando serios desafíos al régimen del mariscal Adbelfatah al Sisi.

Su popularidad está afectada por años en el poder, el aumento del costo de vida, y este desgaste es capitalizado para erosionar su figura por parte de la oposición islamista. La cuestión palestina, es otro factor empleado por el islam político para atacar el gobierno, encontrando siempre eco en la opinión pública egipcia abiertamente antiisraelí.

Esto quedó reflejado en numerosas manifestaciones espontáneas en todo el país al estallar la guerra del 7 de octubre, pero el gobierno reaccionó cuando numerosos manifestantes quisieron hacerse con la histórica plaza Tahrir – lugar emblemático de la Primavera Árabe – dando por terminado las movilizaciones junto con numerosos arrestos para disuadir nuevas protestas, con el temor que detrás de estos actos, desencadene acciones o movilizaciones antigubernamentales.

La cuestión palestina es un factor que aglutina especialmente al sector juvenil, uniendo de manera transversal desde la oposición de izquierda a sectores islamistas. Una encuesta realizada en 2020, reveló que el 79% de los egipcios consideraban importante resolver el conflicto palestino israelí. El incidente de mayo de 2024, en Rafah, donde dos soldados egipcios murieron en un confuso episodio de fuego cruzado con tropas israelíes, generó una fuerte presión de la opinión pública hacia el gobierno, donde a pesar del tiempo transcurrido, existen cuestionamientos abiertos sobre las relaciones egipcio israelíes.

El temor de El Cairo que más de un millón de palestinos se transformaran en refugiados en su territorio, a raíz de la guerra desatada en octubre de 2023, impulsó a tomar cartas en el asunto, en su tradicional rol de mediador y evitar repercusiones en el frente interno. Al Sisi hizo saber abiertamente al gobierno israelí, que el desplazamiento de palestinos de la Franja de Gaza, como consecuencia de la guerra librada contra el grupo Hamas, era una “línea roja” para su país.

Ello derivó a un enfriamiento de las relaciones entre Egipto e Israel, pasando por uno de los momentos más bajos desde los Acuerdos de Camp David de 1979. Ejemplo de ello, la adhesión de El Cairo a la demanda presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Juticia contra Israel por presuntos crímenes de guerra contra la población civil en Gaza. Otra fuente de discorida entre los gobiernos israelí y egipcio, la cuestión de la ayuda humanitaria canalizada a través del paso de Rafah y la toma del llamado “corredor Filadelfia” por parte de las tropas israelíes para ejecer un mayor control sobre la ayuda humanitaria, con el objetivo que Hamas no la empleara en su favor. Esto generó nuevas acusaciones cruzadas ante las críticas de la comunidad internacional por la lentitud de la llegada de asistencia a los gazatíes.

En cuanto a los vínculos entre Hamas y las autoridades de El Cairo eran buenas, dado el papel egipcio de mediador con otras facciones palestinas e Israel. Los egipcios lograron que Hamas se alejara de los Hermanos Musulmanes, organización declarada terrorista en 2013, luego del golpe de estado que terminó con su gobierno. La muerte de Ismail Haniya en Teherán, poderoso líder del Hamas y con un papel central en el marco de las complejas negociaciones con Israel por el drama de los rehenes, opacó el rol que había ganado Qatar en favor de Egipto, país reconocido en el marco regional por establecer canales de comunicación seguros entre las partes en conflicto. Esto fue una válvula de oxígeno, en atención el papel de Estados Unidos en la crisis y otros estados árabes de la región, donde El Cairo no solo podría verse relegado, sino ser visto especialmente por la opinión doméstica, que su rol en el conflicto está digitado por terceros actores.

Al Sisi seguramente ha percibido todo esto y en la oportunidad favorable retomaría la iniciativa en la región. Esta vino curiosamente, a nuestro modesto entender, con la propuesta del presidente Trump de la “Riviera del Próximo Oriente” y la relocalización temporaria de millares de gazatíes en otros estados árabes. Esto sirvió de base para la contrapropuesta árabe, liderada por Egipto.

El papel de Egipto en la geopolítica del Próximo Oriente y el Norte de África, permite que actores como Arabia Saudita o recientemente Emiratos Árabes Unidos mantenegan una importante ayuda económica. Acuerdos con el FMI, Banco Mundial y la UE, salvaron a la economía egipcia de la catástrofe. El Cairo tiene un papel clave en la seguridad de al región, al estar rodeado de áreas conflictivas como Libia, Sudán, Gaza, que genera millares de deplazados y de migraciones no controladas.

La UE en base aun acuerdo de control migratorio con Egipto, aprobó ayudas por US$ 7.400 millones. Esto refleja no solo la importancia del país del Nilo en la seguridad de Europa, sino la capacidada de la diplomacia cairota. En materia de seguridad energética, los egipcios juegan también un papel relevante como reflejan acuerdos con Chipre e Italia, en materia de procesamiento de gas y exportación del mismo desde plantas en Egipto.

La situación no es halagüeña con las últimas declaraciones de Trump para presionar a Hamas para liberar los rehenes israelíes, lo que alimenta posturas antioccidentales. Desde la opinión pública del Próximo Oriente, el citado grupo palestino es visto como una organización de resistencia, más que terrorista. Esto abre serios interrogantes sobre la factibilidad que una fuerza de estabilización de estados árabes se hagan cargo con el control de Gaza ¿Qué pasará con la estructura militar de Hamas? Las amenazas desde la Casa Blanca, tienen eco en la opinión pública doméstica como en Israel, pero en el mundo islámico la lectura es otra. El Cairo debe maniobrar con mucha cautela, tanto por la realidad del frente externo como interno, que condicionan seriamente al régimen del mariscal Al Sisi.

En el marco de este nuevo plan de paz para los palestinos, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, hizo promesas de convocar elecciones, algo que no se llevan a cabo desde 2006. Esto ha sido objeto de críticas de prestigiosas ONG de Derechos Humanos. La falta de calidad institucional de la ANP, afectada por la corrupción (27 puntos según Transparencia Internacional, quedando en el puesto 107 de 158 países encuestados) y una creciente incapacidad de brindar servicios básicos, de ejercer control efectivo sobre los territorios que gobierna (reflejado en la aparición de grupos armados que desconocen la autoridad de Ramallah) y la excesiva dependencia de la ayuda externa, especialmente de la agencia de Naciones Unidas especializada en refugiados palestinos, la UNRWA, genera dudas sobre su capacidad de ejercer el gobierno en la pauperizada Gaza. Diversas encuestas, ponen en evidencia que entre el 70 al 90% de los palestinos quiere que Mahmoud Abbas renuncie. Hamas conoce esta realidad y en su “guerra de narrativas” buscará capitalizarlo a su favor. Asimismo creemos poco realista que dicha organización terrorista acepte de buena manera el regreso de su enemigo político, Al Fatah a la Franja de Gaza, donde lo desalojó violentamente en 2006.

La determinación de Hamas de mantener su presencia en Gaza a cualquier precio, el drama de los rehenes que no hace más que tensar el endeble cese el fuego con Israel, las amenazas de Trump, la debilidad de la Autoridad Palestina y la postura de los estados árabes, más retórica que real, sobre una paz duradera genera más dudas que certezas, no solo por la tragedia de los israelíes cautivos en Gaza, sino por otros cautivos que nadie habla, de los dos millones de palestinos rehenes de los grupos terroristas Hamas y Yihad Islámica Palestina y como librarse de estos. Solo así consideramos que podrá hablarse de construir el camino hacia una paz genuina.

Subscribe to Our Newsletter

Keep in touch with our news & offers