Según cifras de las Naciones Unidas hasta el año 2020 había en el mundo un promedio de 281 millones de migrantes internacionales, es decir, el 3,6% de la población mundial que triplicó a la migración de 1970. Europa, acogió en el año 2022 a 86 millones de migrantes. Muchos latinoamericanos buscaron un mejor futuro de vida allá, algunos llevaron su bagaje cultural y lo reprodujeron con éxito. El caso de Lucho Romero Noriega, es singular, mostró folclor ante dos Papas y la ONU e inculcó valores propios a niños que no hablan español ni conocen sus países de origen.
Por: Gary Ayala, Director de El Minuto en Perú
En Roma, ciudad cosmopolita de gran valor histórico para la humanidad, pudimos contactar con “Lucho” quien además estudió enfermería y practica esta especialidad en alternancia con una escuela que fundó con la intención de difundir el arte popular sudamericano, con énfasis en la marinera costeña, baile andino y de la selva del país incaico lo cual es muy apreciado en Europa.
¿Cómo llegaste a Europa, Lucho?
Mi vida, es un poco larga de contarla. Quiero decirle a toda la comunidad latinoamericana y en realidad a todos que la migración encierra momentos difíciles y se debe tener coraje y decisión para lograr objetivos. Provengo de una familia humilde pero formada en valores de trabajo y respeto por las personas, soy de Trujillo, Perú, mi hermana llegó antes a Europa luego de que falleciera mi padre. Estuve primero en Alemania para promover el arte musical, después vine en tren a Italia. Tuve muchos obstáculos, pero me mantuvo la fe.
¿Cómo creaste aquí en Roma tu taller artístico?
Tuve vivencias también afortunadas en mi trayecto en Europa. Había conocido el arte musical desde pequeño, admiraba en mi ciudad cómo se bailaba la marinera y sus espectáculos. Con el esfuerzo de mi madre estudié gradualmente, estuve en el Instituto Nacional de Cultura de Trujillo y bailé en la Universidad Nacional de Trujillo. De adolescente recorrí Sudamérica y representé al Perú, me animé y vine a Europa, conocí un centro del Vaticano, Ranoi, me apoyó una gran persona, la señora Blanca y me sugirió formar un grupo folclórico, pues, vio mi cualidad de baile. El 10 de setiembre del 90, día de mi cumpleaños, comencé a enseñar danzas autóctonas. Formé el grupo Tawantinsuyo.
¿Tenemos entendido que presentaste tu arte a varios Papas e incluso estuviste en la ONU
Tuve grandes emociones en mi calidad de provinciano. La embajada peruana me indicó realizar danza en ese foro en EE.UU., tenían conocimiento de mi labor y sentí orgullo. Luego, trabajé con el ex embajador Llosa, primo de Mario Vargas Llosa, me comunicó que había una presentación en el Vaticano ante el Papa Juan Pablo II, pensé que lo vería de lejos y no que le daría la mano, dijo: “¡Qué bella costumbre!” cuando vio niños con traje folklòrico peruano, le expliqué que tenemos una cultura multiétnica. Al Papa Francisco, llegamos porque requirió folclor en el Vaticano y hubo un Nacimiento con motivos peruanos en la Santa Sede, el embajador de nuestro país me avisó y así el Papa recibió a nuestros niños.
Averiguamos que formaste niños bailarines campeones mundiales de arte…
Tuvimos muchos niños que formamos y que campeonaron en diversos países de Europa, aquí se trabajó con profesores igualmente campeones. La marinera es una disciplina y hay que cultivarla con metodología, arte, secuencia y dedicación. Tuvimos que vencer varios obstáculos para tener éxito, incluso hay personas que tienen intereses diferentes o celos de la promoción de la cultura.
¿Cómo puede apoyar el Estado al migrante que quiere promover arte en Europa?
En mi caso, llegué a Roma con sueños. En base a mucho trabajo, pude fundar una entidad de enseñanza del arte popular y de la expresión cultural, tuve que pasar por varias ciudades antes de residir en Roma. Le pido al Estado que apoye la difusión de los valores nacionales ante el mundo a través de sus medios, plataformas, y todo canal tecnológico. Que destaquen el valor del folclor. Le pido a la presidencia, Congreso y a los políticos que promocionen proactivamente a los compatriotas que están en el extranjero.
¿Cómo es formar niños culturalmente lejos de su tierra ancestral?
Considero a los niños un potencial humano que debemos cuidar mucho, me enorgullece haber participado en la formación artística de varias generaciones en Roma con el grupo Tawantinsuyo. Todos los niños que danzan aquí hablan italiano, viven en una coyuntura europea, estudian según la educación italiana, no conocen el Perú personalmente, pero aprenden a amar sus valores autóctonos y su riqueza histórica.
¿Qué significa ser migrante que vive en una cultura diferente?
Como humanos siempre buscamos el bienestar. Si tomaron la decisión de migrar hallarán dificultades, pero con perseverancia, respeto y esfuerzo podrán lograr metas, no se desanimen. Nuestros países en Sudamérica son ricos de muchas formas, hace falta administrarlos mejor.