Inspirado en el mítico guardián del inframundo, Cancerbero, el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, presentó su nuevo plan para combatir el crimen organizado desde el corazón del sistema penitenciario.
El Plan Cancerbero tiene como objetivo recuperar el control del Estado en las cárceles y eliminar los privilegios, impunidad y comunicaciones externas de los criminales más peligrosos.
“La valentía la han demostrado nuestras policías y Gendarmería. Pero al mundo político le ha faltado coraje para tomar decisiones reales”, expresó Kast durante la presentación del plan.
Cuatro pilares para recuperar el control penitenciario
El plan cuenta con cuatro ejes fundamentales:
1. Seguridad y control penitenciario
-
Aislamiento total para líderes criminales, inspirado en el modelo italiano 41-bis.
-
Prohibición de visitas, teléfonos y redes de poder en las cárceles.
-
Uso obligatorio de uniformes y reducción drástica de encomiendas.
-
Incorporación de tecnología avanzada como body scanners, inhibidores de señal y sensores térmicos.
2. Profesionalización de Gendarmería
-
Protección de identidad de los funcionarios.
-
Protocolos de actuación frente a amenazas.
-
Inclusión de Gendarmería en el Sistema Nacional de Inteligencia.
3. Infraestructura penitenciaria
-
Construcción de cárceles de máxima seguridad para delincuentes de alta peligrosidad y extranjeros.
-
Meta de generar 100.000 plazas penitenciarias en 4 años.
4. Reinserción y trabajo obligatorio
-
Modelos laborales obligatorios dentro de las cárceles.
-
Atención integral a internos con consumo problemático de sustancias.
-
Reinserción “real”, orientada a una transformación efectiva del interno.
Un enfoque disruptivo para un problema crítico
El Plan Cancerbero plantea un cambio de paradigma para el sistema penitenciario chileno. Kast apuesta por una estructura que no solo encierre, sino que desarticule al crimen organizado, neutralice el poder delictual en los recintos penitenciarios y fomente la reinserción desde un enfoque obligatorio.
