Periodismo y Sombra

El Minuto | La hiperconectividad y la tecnologización digital caracterizan hoy la dinámica informativa, en este espacio, los “fake news” o noticias falsas son tan comunes que parecen ser parte del paisaje de aquel firmamento. Una condición es perceptible: El poder del universo mediático lo tiene quien controla la desinformación ¿Qué puede ocurrir en Perú?

Por: Gary Ayala, director de El Minuto en Perú

Las noticias, son enunciados que pretenden ser reproducción de un fragmento de la realidad con investidura de verdad. Las noticias, deben elaborarse a partir de un fundamento: La ética. ¿Es posible albergar dicho cimiento en un país corroído por la corrupción donde se legisla para oficializar el interés de grupos específicos, se convive con clanes voraces y sin doctrina en forma de partidos políticos y se egolatriza en portadas a personas de actitud siniestra como las notables de la sociedad? Vaya escenario.

Un sistema obsesionado por la mercantilización de todo lo tangible y lo no tangible donde el bicentenario poder socioeconómico controló la administración del país con una asimétrica distribución de la riqueza y luego de dos siglos siente el temor de perder su poderío por un epifenómeno y revés electoral sufrido en el 2021 ¿Permitirá acaso tolerancia para el ejercicio de un periodismo independiente? Complicado panorama.

En el Perú del 2022, no es necesario hurgar mucho para hallar un vasto muestreo y trabajar enriquecedoras tesis sobre manipulación informativa, anti periodismo, poder económico y mass media, complicidad del ejercicio periodístico y encuestadoras, televisión y pseudo periodismo, injuria y difamación en el periodismo, entre otros temas. Todo el sistema mediático transversalizado por el periodismo es hoy un gran laboratorio auspicioso para desarrollar análisis de contenidos reveladores con metodología científica.

Cabe recalcar que desde el invento de la imprenta en 1440 predominó socialmente quien tuvo la infraestructura para publicar. En el siglo XXI, ello ha evolucionado desde el monopolio de los mass media (que ciertamente son giros comerciales de truts corporativos que tienen otros giros como farmacéuticas, bancos, agroindustrias, malls, etc.) hasta los ciudadanos activistas (muchos no formados en las técnicas de información, pero con gran dinamismo cívico) que generan su propia información alternativa vía redes.

Finalmente, el vertiginoso tráfico de mensajes digitales y de señal abierta con gran tecnología ha dispuesto: El poder lo tiene quien controla la desinformación.

Oportuno es recordar al Papa Francisco, cuando en abril del 2022, escribió al periodista Gustavo Sylvestre de Argentina: “Siempre en esas informaciones se encuentran algunos pecados de los cuatro en los que suelen caer los periodistas: Desinformación, calumnias, difamación, coprofilia…”. Respondió así a quienes lo criticaron por expresar su parecer frente a la guerra Rusia-Ucrania. No se retrajo aun ante la protesta de muchos periodistas.

La Sombra

Carl Gustav Jung (1875-1961), colega de Sigmund Freud y gran amigo de Alexander von Humboldt, planteó la psicología analítica, investigó el psicoanálisis, la psicopatología y la psicología de los pueblos primitivos, exploró mejor al ser humano y ahondó en su estado mental y su reacción colectiva. “Necesitamos más psicología, necesitamos más entendimiento de la naturaleza humana, porque el único verdadero peligro que existe es el hombre mismo y somos penosamente ignorantes de ello”, dijo.

Afirmó que una persona convive con el arquetipo de su sombra en el inconsciente y que, al juntarse muchas sombras conforman una sombra colectiva que puede generar significativos estragos. Un ejemplo de esta carga puede reflejarlo quien reza por hábito y en la práctica trata mal a sus semejantes. Explicó que el lado personal negativo puede marcar la vida de cada individuo, no obstante, la carga puede convertirse en algo positivo si es detectada y admitida para corregirla terapéuticamente.

“Todos tienen una sombra, y cuanto menos integrada en la vida consciente del individuo, más negra y densa es”, sentenció. Aquella sombra crece y es dosificada por el entorno social, allí están los medios de comunicación con sus mensajes movilizadores de contenidos que pueden promover afectos y desafectos, respaldos y cuestionamientos, calificaciones de “gente buena y gente mala”, es decir, mensajes que pueden soliviantar la sensibilidad y el inconsciente de las personas.

Cuando los medios enardecen la psicología de las personas y las conduce a la neurosis colectiva el miedo y la ansiedad serán parte cotidiana de sus vidas. Y no se trata de exigir a los medios que dibujen un paraíso cuando éste no existe sino de entregar información sin falsedad. En el caso peruano es visible -con seria lectura entrelineas y mirada analítica- que el trust de medios ha producido un marco conceptual que defiende la perpetuidad del sistema social y ataca animosamente cualquier intento de su vulneración.

En este contexto se generaliza un hábito de tergiversación mediática para impedir cambios estructurales en lo financiero, económico y político; lo cultural, es tolerable mientras no altere a los tres anteriores. La sombra personal y la colectiva tienen fuentes como las noticias que pueden orientar hacia la fatalidad social, así el ego consciente tendrá barreras para el sano raciocinio, la sombra inconsciente crecerá y podrá pasar a lo colectivo. Según Jung, estas sombras se pueden transformar en fuerzas destructivas.

El suizo, además, Identificó una relación entre el mal y la ignorancia y descubrió que el hallazgo de defectos en el otro es la proyección de los propios en otro ser, como un espejo. La novela El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde) publicada en 1890, antepuso este estudio. Relata la historia de un joven de hermosa estética quien guarda un cuadro con su imagen el cual esconde. Mientras Dorian vivía en la lujuria, la vanidad y el crimen la imagen del cuadro envejecía, pero él no. Después de muchos años el joven -siempre en fresca figura- apuñala furioso el cuadro y allí muere con decrépita apariencia, la real.

Las sombras -dice Jung- atacan el carácter de las personas y pueden generar obsesiones contra otras personas. Los hacen ver como al enemigo que hay que destruir. Actúan por etapas, la primera es concentrar un rechazo sin necesidad de razones visibles; segundo, es hallar gradualmente defectos irreconciliables en el rechazado; tercero, la sombra impone una moral justiciera y excita sus sentidos. Jung, observó su tiempo y alertó sobre un peligro venidero que no fue oído: La Segunda Guerra Mundial (70 millones de víctimas).

La era post covid debería -por inteligencia- en el Perú y todo el mundo presentar reencuentros y consensos solidarios, mejor promoción de una cultura por la investigación en medicina, biología y psicología, pero la naturaleza humana tiene extraños comportamientos como alentar una guerra en Ucrania. En la compleja realidad peruana no contribuye a la integración un periodismo diseñado para la disociación social, para hacer pétrea la irreconciliación política, para señalar manipuladoramente el camino que deben seguir los ciudadanos. Un gran abono para liderazgos extremistas.

Es tiempo de mirar más hacia dentro que hacia afuera y encontrar la libertad de pensamiento sin ataduras tóxicas impuestas desde el pool de los mass media. Ahora es necesario demostrar la capacidad de resiliencia ante el embate mediático. El espíritu no se puede encadenar y se debe recordar que sus herramientas como la fe y la esperanza jamás pasan de moda. Existen auténticos comunicadores que creen en la dignidad de informar con la verdad, su camino es el más angosto, pero es el indicado.