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La historia trágica de María Reiter: La amante secreta de Hitler

El Minuto | María Reiter (1909-1992), una mujer adolescente fascinada y llena de deseos, conoció a Adolf Hitler en Berchtesgaden, Alemania, en septiembre de 1926. A pesar de su juventud, María se involucró en un romance secreto con el líder nazi, esperando una propuesta de matrimonio que nunca llegó. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se encontraron dos cartas escritas por Reiter en abril de 1945, que confirmaron su relación con Hitler.

Cuando María conoció a Hitler por primera vez, ambos paseaban a sus perros en un parque de Berchtesgaden. Sin embargo, se horrorizó cuando vio que Hitler golpeó a su perro durante una pelea. Al principio, María no se sintió impresionada por el líder del partido nazi y comentó a su madre que no le agradaba ese hombre con su peculiar bigote y una diferencia de edad de veinte años.

Sin embargo, las cosas cambiaron cuando María aceptó asistir a uno de los mítines políticos de Hitler. Durante el evento, Hitler interrumpió su discurso al verla entrar, besando su mano y dejando a todos los presentes sorprendidos, incluida María. A partir de ese momento, comenzó una relación intermitente y destructiva.

La pareja tenía encuentros frecuentes, paseando juntos o haciendo excursiones por las montañas de Berchtesgaden. Hitler le pidió a María que le llamara por su apodo, “lobo”, y él la llamaba “mi ninfa del bosque”. Sin embargo, las responsabilidades políticas cada vez mayores de Hitler los separaron, sumiendo a María en una profunda depresión.

Después de una breve visita de Hitler en su cumpleaños de diecisiete años, donde le regaló una edición de lujo de su libro “Mein Kampf”, María esperaba una propuesta de matrimonio. Sin embargo, Hitler se alejó de ella al darse cuenta de que la relación podría perjudicar su imagen, lo cual fue devastador para ella. Afligida, María intentó suicidarse en 1927, pero fue salvada en el último momento por su cuñado.

María contrajo matrimonio con un hotelero de Berchtesgaden, Fernand Woldrich, en 1930, pero su amor por Hitler seguía siendo fuerte, y su matrimonio se disolvió al año siguiente. Después de su divorcio, María se acercó nuevamente a Hitler a través de Rudolf Hess, uno de sus hombres de confianza. Sin embargo, Hitler rechazó la propuesta de matrimonio de María y centró su atención en Eva Braun, a quien conoció en 1929.

Después de que su segundo esposo muriera en la guerra, María se casó por tercera vez con un oficial de las SS llamado Georg Kubisch. Tras el suicidio de Hitler en 1945, se descubrieron dos cartas que María le había escrito, confirmando su relación. A pesar de la muerte de Hitler y el fin de la guerra, María siguió siendo una ferviente seguidora del nazismo hasta el final de sus días.