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Mauricio: “Un pequeño León africano”

El Minuto | El término “león africano” se refiere a una serie de países, que tiene un gran potencial en materia de desarrollo económico. El término fue utilizado como analogía de los llamados “tigres” asiáticos. En el caso de los “leones africanos” está compuesto por una veintena de países, destacándose los casos de Etiopía, Ghana, Kenia, Mozambique, Nigeria y Sudáfrica. En un trabajo académico del Instituto Español de Estudios Estratégicos, agregó a esta categoría de potencias económicas emergentes en África, los llamados “leopardos” que incluyen a países como Botsuana, Costa de Marfil o Ruanda, pero no mencionan el modelo exitoso d Mauricio. Un estado insular que logró cambiar un panorama sombrío, para convertirse en una economía dinámica e instituciones democráticas consolidadas.

Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro | Director de Diario El Minuto para Argentina

La República de Mauricio es una ex colonia británica ubicada en el Océano Índico, de 2040 km2 y una población de 1270.000 habitantes. El país está a 900 km de Madagascar, su capital es Port Louis, es la ciudad más importante. Mauricio forma parte de las islas Mascareñas junto a la colonia francesa de La Reunión. Las islas San Brandon, Rodrigues y Agalega, forman parte de la República. Las islas Chagos, son detentadas por el Reino Unido y objeto de reclamos por parte de Mauricio, que exige su devolución.

El país está a 1200 millas de la costa sureste africana.  La isla fue descubierta por los portugueses en 1507. En ese momento estaba completamente deshabitada. En 1598, llegaron los holandeses, que la denominaron Mauricio, en honor a Mauricio de Nassau. La colonización fue un fracaso, por la malaria, problemas climáticos.  Los ocupantes trajeron esclavos destinados a las plantaciones de azúcar. Las duras condiciones impuestas por los holandeses, provocaron rebeliones cruelmente reprimidas. La población de aves dodó y tortugas gigantes fue exterminada.  Finalmente, la presencia holandesa fue reemplazada por los franceses, que llegaron en 1715 y la denominaron Isla de Francia.

Los colonizadores introdujeron la esclavitud a gran escala e introdujeron a escala cultivos de algodón, índigo, café, clavos y, especialmente caña de azúcar, que “debido a que era menos susceptible a los ciclones que con frecuencia azotaban la isla”, convirtiéndose en el producto estrella de la isla.

Los esclavos africanos eran provenientes de distintos puntos de Madagascar y el Este africano, lo que dificultaba su comunicación y el mantenimiento de sus lazos culturales, dando origen al mauriciano, una versión criolla del francés, que hoy es la lengua predominante en la isla.  Los franceses también trajeron de sus posesiones de la India, artesanos de dicho país, dando comienzo a la presencia de grupos de este país, que hoy son el elemento predominante en la sociedad local.

En 1810, la isla fue ocupada por los británicos, que apenas modificaron la estructura social local. Los colonos franceses continuaron con sus prerrogativas, religión, y leyes. El valor de Mauricio, como volvieron a denominar los ingleses a la isla, residía en su posición estratégica en las rutas hacia la India.

En 1835, la esclavitud fue abolida y ante la necesidad de mano de obra, fueron importados trabajadores de la India a escala. Los recién llegados trabajaron bajo contratos que los condenaba a una vida precaria y llena de miserias.  A pesar de su distinto origen, por idioma y religión, los inmigrantes indios conservaron intacto sus características culturales.  El otro grupo de inmigrantes, fueron los chinos, venidos desde el sur de China, dedicándose al comercio minorista.

El resultado de la política colonial británica fue una sociedad multiétnica, donde se hablaban numerosos idiomas, tanto de la India, el chino, pero teniendo al francés y el criollo mauriciano, derivado de este con fuerte presencia en los distintos grupos. El inglés estaba reservado como lengua de la administración colonial, la educación y la justicia.  La vida política en la isla, tuvo como hecho relevante, la elección del Consejo Legislativo.

Pero el país era una sociedad dividida, por cuestiones étnicas, y prevalecía en los partidos, el interés de grupo.  En 1961, los británicos ampliaron el régimen de autonomía y abrieron las puertas hacia la independencia, motorizada por sectores de la población india, pero con resistencias de los franco mauricianos y criollos.

A mediados de los 60 y meses previos a la independencia en 1968, hubo disturbios raciales con varios muertos, que obligó a Gran Bretaña a enviar tropas de pacificación.  El entonces premio Nobel de Economía, James Meade, al observar las características de Mauricio, las tensiones entre indios y criollos mauricianos, su competencia por el empleo público, el monocultivo de azúcar, tuvo un pronóstico sombrío para el país.   

En el marco de un panorama para nada halagüeño, la coalición favorable a la independencia liderado por el jefe de gobierno colonial Sir Seewoosagur Ramgoolam, triunfan, teniendo al 44% del electorado en contra. En 1968, Mauricio, era un país independiente, como una monarquía constitucional dentro de la Comunidad Británica o Commonwealth, siendo la reina Isabel II, la jefa de estado del nuevo estado.  A pesar de la herencia colonial, el sistema político se consolidó como una democracia parlamentaria.

El poder legislativo, está inspirado en el modelo británico, con una peculiaridad para mantener el equilibrio entre los distintos grupos étnicos. Este consiste que a los 62 diputados electos para la Asamblea, se agregan ocho diputados, “los mejores perdedores”, seleccionados entre los candidatos derrotados en la elección directa, para asegurar un adecuado balance entre las distintas etnias.

El trabajo de Jorge Fernández Ruiz lo explica de la siguiente manera: La selección de los “mejores perdedores” se realiza en dos etapas. En la primera etapa se eligen cuatro entre los “mejores perdedores” sin tomar en cuenta a qué partido político pertenecen. Estos representantes se eligen, uno a uno, de la siguiente manera: primero se determina qué comunidad étnica está peor representada en la Asamblea Nacional, tomando en cuenta cuántos parlamentarios tiene asignados hasta ese momento cada comunidad y cuántas personas pertenecen a ella en el total de la población. El candidato seleccionado deberá pertenecer a la comunidad peor representada.

A continuación, se elige al candidato que tenga la mejor votación entre los candidatos derrotados de dicha comunidad. En la segunda etapa se elige un segundo grupo de hasta cuatro representantes más de manera similar, ahora tomando en cuenta, además de su procedencia étnica, a qué partido político pertenecen, para evitar que la designación de los “mejores perdedores” ocasione que el partido que ganó más representantes en la elección directa sea desplazado del primer lugar

ver. http://estudiosdeasiayafrica.colmex.mx/index.php/eaa/article/view/2095.

El sistema político se ha caracterizado por gobiernos de coalición, de partidos políticos que no pertenecen a un grupo étnico determinado, impulsado en gran parte por el primer ministro de la independencia Ramgoolam. Por ende, los partidos representan ideas, no grupos étnicos o religiosos determinados. Esto ha contribuido a impulsar la cohesión del país y la estabilidad institucional.  Otro elemento a considerar, la existencia de organizaciones no gubernamentales, de pertenencia étnica, dedicadas a fines de bien público. Los diversos gobiernos han empleado a estas entidades para consultas y promover consensos, lo que facilita a integrarlas en la vida política nacional y evitar comportamientos sectarios. 

Ello no impide que todavía en la política, los grupos religiosos, las asociaciones socioculturales, el comunalismo y las castas juegan un papel importante. El desastre ambiental por el derrame, por un petrolero de bandera japonesa, en agosto de 2020, fue objeto de severas críticas de la ciudadanía al gobierno, que generó importantes movilizaciones, lo que pone  en evidencia el nivel de participación política y la fuerza de la sociedad civil.

En 2014 fue abolido el requisito en los cuales los candidatos debían informar su origen étnico y religioso.  En los altos niveles de la conducción política, siguen los cuestionamientos en materia de amiguismo y nepotismo. Durante la pandemia COVID en los meses de marzo y junio de 2020, se adoptaron medidas que restringieron severamente las libertades y con amplias atribuciones a la policía, que fue objeto de cuestionamientos.

La vieja disputa por cargos públicos entre los distintos grupos, que generó tensiones en tiempos del dominio británico, fue superada con la creación de la Comisión de Servicio Público, organismo independiente con rango constitucional, que impulsa el ingreso de los funcionarios por mérito.

Se establecieron aceitados mecanismos de designación de funcionarios con mecanismos imparciales, la creación de una Escuela de Administración Pública en el ámbito de la Universidad de Mauricio en 1968, para que grupos menos favorecidos tengan las mismas oportunidades que los estratos más acomodados de la sociedad o las etnias mayoritarias. 

El gobierno realizó importantes inversiones para tener una administración de calidad, justicia independiente y profesionales formados. Incluso en su momento, con las reformas económicas, fueron contratados consultores extranjeros para formar cuadros locales para gestionar el programa de diversificación e industrialización.

En 1992, Mauricio dejó de ser una monarquía, con la reina Isabel II como jefa de estado, y se convirtió en república, pero con un presidente con funciones ceremoniales. Estamos ante una democracia parlamentaria, donde el titular del ejecutivo es el primer ministro, líder del partido o coalición de partidos mayoritario en el parlamento.

Mauricio comparte con Argentina un reclamo de soberanía por un grupo de islas detentadas por Gran Bretaña. Es el caso de las islas Chagos. Su isla principal, Diego García, fue convertida en una poderosa base militar de Estados Unidos. Los isleños fueron desalojados por la fuerza y condenados a una vida de pobreza y olvido en Mauricio.

Las islas Chagos fueron parte de la administración colonial de Mauricio desde el siglo XVIII y en 1965 fueron separadas sin consultar a las poblaciones locales por parte de Londres, que creó el Territorio Británico del Océano Índico. La Corte Internacional de Justicia en 2019 votó por la devolución de las islas Chagos a Mauricio, algo que desconoció el Reino Unido. La Asamblea General de Naciones Unidas reconoció expresamente por medio de una resolución en 2019, que el archipiélago de Chagos, debía volver a ser reintegrado a Mauricio.

En Argentina se siguió con suma atención este proceso, dado que el Reino Unido alega que cualquier negociación por Malvinas está supeditada a lo que digan los isleños. Algo que a los británicos nos les interesó en el caso de los isleños en Chagos, que fueron expulsados de un día para el otro.

Del monocultivo del azúcar a economía exportadora de productos industriales.

Mauricio tenía su economía atada al cultivo de la caña de azúcar. El gobierno estableció una zona especial para el desarrollo y radicación de industrias ligeras, especialmente del sector textil a mediados de los años 70. En estas áreas especiales, se fijaron salarios más bajos que el resto del país, régimen de contrataciones flexible, reducción de impuestos para la importación de bienes, incentivos fiscales para la exportación. Gran parte de la fuerza laboral eran mujeres, con salarios sustancialmente menos que los hombres.

En una primera instancia el país adoptó medidas proteccionistas, para luego ir modificando el régimen de aranceles. El esfuerzo en materia educativa, también proveyó mano de obra calificada, tasa de cambio libre, políticas de control fiscal destinadas a controlar cualquier amenaza inflacionaria, agregándose una serie de acuerdo preferenciales, que permitió al país, poder exportar a mercados como Estados Unidos y la Unión Europea. Hong Kong, perjudicado al exceder las cuotas de exportación hacia dichos mercados, utilizó a Mauricio para enviar sus productos textiles, con el beneficio en materia de empleo e inversión directa.

El sector azucarero invirtió sus rentas en las zonas de promoción industrial, facilitando su diversificación. Este comportamiento fue alentado por políticas específicas. Por otro lado, ante el alza de precios, el gobierno local creó un impuesto al azúcar, sin afectar los intereses de la elite azucarera, que financió la modernización del estado y la creación de un sólido sistema de seguridad social, con buenos servicios de salud y educación gratuita hasta el nivel universitario. Las prestaciones de seguridad social, son similares a los de los países desarrollados, y gracias a los elevados niveles de crecimiento, ha permitido financiar el estado de bienestar sin recurrir al incremento de los impuestos.

En el proceso de diversificación económica, el país impulsó el turismo y el sector financiero (11% del PIB), convirtiéndose en un paraíso fiscal, sumamente atractivo gracias a la seguridad jurídica y una justicia independiente, y bajos niveles de corrupción. La calidad institucional alcanzada, le ha permitido al país ser considerado entre los países más seguros para realizar inversiones, al nivel de los estados desarrollados como Alemania. Las estadísticas del índice Doing Business sitúan a Mauricio en el puesto 20 de 196 países.  En cuanto al Índice de Percepción de la Corrupción del sector público en Mauricio ha sido de 54 puntos, así pues, se encuentra en el puesto 49 del ranking de percepción de corrupción formado por 180 países (fuente datosmacro.com). Estamos ante un país que tiene indicadores muy superiores a la media africana en muchos aspectos.  El Índice de Libertad Económica 2020, publicado por el Wall Street Journal y la Fundación Heritage, clasificó a Mauricio como la 21ª economía “más libre” del mundo (de 171 países) y la primera de los 47 países del África subsahariana.

 Entre 1973 y 1999, el PIB real de Mauricio creció a una tasa anual media del 5,9%, frente al 2,4% correspondiente al conjunto de África subsahariana. Dicho crecimiento se tradujo gracias a las políticas de los distintos gobiernos de Mauricio, en mejoras sociales: la esperanza de vida al nacer pasó en 1965, de 61 años a 71 años en 1996. En 2020 era de 74.86 años. La brecha del ingreso entre el ciudadano más rico y el más pobre se ha reducido; el coeficiente de Gini (medida de la desigualdad del ingreso en la que 0,0 representa igualdad total y 1,0 significa desigualdad total) bajó del 0,5 en 1962 al 0,37 en 1986–87. Estamos ante un país donde solo el 8% de la población es considerada pobre. El Banco Mundial clasifica al país como un territorio con ingresos medios altos, ubicándolo en 2020, en el puesto 13 de 191 países relevados.

El país tiene un elevado nivel de empleo informal que afecta aproximadamente al 50% de la mano de obra activa. El desempleo juvenil afecta al 24% de este sector, que impulsado a llevar a cabo importantes erogaciones para contrarrestar este problema. La tasa de desempleo se ubica en torno al 6.7%.  En lo referente a la mujer, por patrones culturales, sigue estando subrepresentada en la política y su presencia en el mercado de trabajo alcanza el 36% aproximadamente.  Los últimos indicadores de Desarrollo Mundial del Banco Mundial disponibles (para 2018) muestran una tasa nacional de alfabetización del 91,3 % con una ligera diferencia entre hombres y mujeres, con una puntuación respectivamente del 93,4 % y el 89,4,7 %, lo que sitúa a Mauricio entre los países con la tasa de alfabetización más alta del mundo. 

El milagro de Mauricio.

El país sigue teniendo falencias, especialmente en materia de igualdad de género, desempleo juvenil, tendencia de sectores políticos hacia el nepotismo y la influencia de un reducido grupo de familias que de alguna u otra manera monopolizan la política, pero a pesar de ello, Mauricio desde la independencia tuvo importantes logros. El primer desafío fue la estabilidad institucional en un país multiétnico (66% indios, 28% de criollos, 2% de franco mauricianos, 3% de chinos), la reforma del sistema educativo, como mecanismo de ascenso social, una administración pública profesional, justicia independiente, seguridad jurídica fueron elementos importantes para el desarrollo del país. la clase dirigente observó que la dependencia del azúcar era un modelo vulnerable. Así en los 70, nació el proyecto de zonas de promoción industrial, creando un mercado laboral desregulado – no exento de polémicas – apoyado con incentivos legales y fiscales. En este proceso el sector azucarero participó activamente, lo que permitió que los ingresos de este sector fueran transferidos para el desarrollo del sector industrial.

El gobierno supo explotar con habilidad los cupos de exportación y el alza de precios internacionales del azúcar para expandir el gasto social y la modernización del estado. En este proceso de diversificación, que, desde el inicio del siglo XXI, se extendió a tecnologías de la información, turismo, sino también la creación de un paraíso fiscal.

El andamiaje de proteccionismo en torno a la industria fue desmantelado gradualmente, convirtiendo al país en una economía abierta.  Mauricio gracias a políticas de Estado, inversión en educación, lucha contra la corrupción, administración pública eficiente y un sólido sistema legal, han sido factores que le permitieron superar el vaticinio que hubo sobre el país en los 60, de convertirse en un país subdesarrollado, sin cohesión nacional y dependiente del monocultivo, en una economía abierta, con altos niveles de desarrollo humano y estabilidad únicos en África.

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